Las cuentas bancarias de Hugo Leonardo Avendaño Chávez, encontrado asesinado el 12 de junio, serán investigadas como parte de la investigación complementaria del caso que realiza la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX).

La dependencia solicitó la información a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

“Varias cosas, hemos pedido información sobre toda su actividad económica, cuentas y eso, que todavía no nos la dan, las cuentas de Leonardo”, dijo la procuradora Ernestina Godoy, publicó Proceso.

La funcionaria añadió que en los tres meses que fijó el juez de Control del caso, la PGJ-CDMX hará nuevas búsquedas al interior de la vivienda del sacerdote Francisco Javier Bautista Ávalos, vinculado a proceso como presunto responsable del homicidio del joven de 29 años.

“Vamos a hacer algunas investigaciones alrededor de lo que era la casa. Tal vez tengamos que entrar nuevamente a la casa. En fin, vamos a hacerlo”, subrayó.

Respecto del presunto cómplice que habría recogido al sacerdote tras abandonar el auto del joven con el cadáver dentro, la procuradora Godoy Ramos dijo que hasta el momento no tienen una línea definida para ubicar a alguna persona.

En la audiencia de ayer por la mañana, el juez de Control Joel de Jesús Garduño dio por buenas las pruebas de los videos que presentó el Ministerio Público para imputar por el homicidio de Leonardo Avendaño al padre Francisco Bautista. El sacerdote, sostuvo, asesinó al egresado de la Universidad Intercontinental con “alevosía y ventaja” y por “un acto de traición”.

La defensa del cura desestimó los videos porque, recalcó, no son determinantes. Además, presentó a dos mujeres como testigos –eran secretarias del padre Bautista– y a un perito independiente. Ellas dijeron que el padre y Leonardo “se querían mucho” y tenían una relación muy “cordial”.

Leonardo quien es egresado de la Universidad Intercontinental (UIC) supuestamente acudió a la parroquia Cristo Salvador donde era diácono la noche del 11 de junio para verse con el sacerdote Francisco Javier Bautista Ávalos.

Al día un día después fue hallado muerto con signos de tortura y asfixia en el asiento trasero de su camioneta en un paraje de la calle Eucalipto esquina camino a la Mariana, colonia Héroes de 1910, alcaldía Tlalpan.