Delfos es una de las compañías de danza contemporánea con mayor impacto a nivel nacional poseyendo de igual manera un reconocimiento de nivel internacional. Fundada en la Ciudad de México hace 25 años en 1992, nació como una apuesta al profesionalismo escénico, de comunicación y exploración a través de la danza tras la experiencia en el extranjero de sus miembros fundadores y directores artísticos Víctor Ruíz y Claudia Lavista.
Tras seis años de estancia en la Ciudad de México, ganando por primera vez el Premio Nacional de Danza en su primer año, al igual que en 1997 y 2002, y habiendo trazado una dirección como compañía a la apertura de espacios, a la búsqueda de distintos públicos y la innovación a través de nuevos discursos, emprenden un proyecto de descentralización que da sus primeros pasos en 1998, con su primera participación en el festival internacional de danza José Limón.
Ese mismo año reciben una invitación formal de estancia en Mazatlán, que pintaba como una tierra fértil para el desarrollo cultural, continuando el proyecto de descentralización como compañía y constituyendo lo que actualmente es la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán, de la que según su también director Víctor Ruíz, obtienen su principal respaldo, además de las becas del Sistema Nacional de Creadores, México en Escena, y distintos apoyos y becas internacionales a creadores escénicos que han obtenido a lo largo de su trayectoria.
Así han logrado desarrollar su propuesta creativa que rompe la barrera del arte escénico no sólo como fenómeno dancístico, sino también como fenómeno estético, social y particularmente creativo. Es a través de esta exploración que Delfos ha dirigido siempre su visión creativa a la búsqueda de nuevos discursos, ruptura de esquemas y reinterpretación de lenguajes, abstracciones donde la trasgresión siempre ha estado presente, más de una manera propositiva que únicamente reactiva.
Manglar, el trabajo más reciente de Delfos, estrenado en octubre del año pasado en Bellas Artes, y con un proceso de trabajo de dos años coincide con el 25 aniversario de la compañía, que sigue innovando con una propuesta estética multidisciplinaria de la mano del escenógrafo Fernando Férez. Manglar es una propuesta cuyo lenguaje responde a una puesta en escena cuidadosamente conceptualizada. Un manglar es un ecosistema natural con una gran biodiversidad, también es un hábitat que está desapareciendo, para la creación de espacios para la agricultura, la infraestructura o el turismo. La pieza se convierte en un viaje a través de distintas épocas, de distintas formas de habitar el espacio, y de ser el cuerpo, trazando una evolución del ser humano en sociedad hasta tiempos modernos, donde confluyen fenómenos sociales, criterios estéticos, imágenes arquetípicas de las distintas épocas desde lo primitivo a lo contemporáneo, desde tiempos de un protocapitalismo bélico, pasando por el dominio del ambiente, la creación de la máquina como una abstracción del trabajo y del propio cuerpo, la subjetividad de los cuerpos, y los mecanismos sociales detrás de estos conceptos, como son el lenguaje, la sexualidad, el orden político y social y las fuerzas económicas que ordenan el rumbo de las sociedades, el desarrollo tecnológico, y por consiguiente nuestra manera de conceptualizar, experimentar y habitar el mundo.
Manglar fue presentado como parte de los eventos de la edición 33 del Festival Internacional de Danza José Limón, la puesta en escena ha sido presentada además, en Ciudad de México, Durango y Mazatlán.
Festival de danza, la gran propuesta creativa
El Festival Internacional de Danza José Limón, es su edición número 33 sigue manteniendo su propósito principal: acercar la danza a la gente. La imagen para esta edición se enfoca en la idea de paz y colectividad de acuerdo con Carlos Zamora, bailarín, gestor, y director artístico de la presente edición. Así como continuar con el legado de José Limón; devolver la danza a la gente, y recientemente, el legado de Héctor Chávez como fundador del festival.
Tanto el concepto de imagen, como la curaduría de las obras presentadas buscan transmitir la idea de colectividad, y si bien las temáticas dentro de las puestas tocan temas muy distintos pero no estrictamente pacíficos, resaltan la importancia de la paz, o la ausencia de ella. La edición busca más allá que educar sobre la danza, es sensibilizar a un público que se busca sea cada vez mayor, en una forma cada vez menos rígida y esquemática de producción artística multidisciplinaria, teniendo como punto de encuentro la danza contemporánea.
El martes 7 de mayo se presentará el ensamble José Limón que es Danza Joven de Sinaloa, ZATA, dirigidos por la coreógrafa española Carmen Werner a las 20:00 horas en el Teatro Pablo de Villavicencio.
Artículo publicado el 5 de mayo de 2019 en la edición 849 del semanario Ríodoce.
