Lucha de contrarios

Lucha de contrarios

Foto: Galo Cañas/Cuartoscuro.com.

Si se trata de encuestas, casi siete de cada 10 mexicanos aprueba el arranque de la presidencia de López Obrador. Los 100 días de mandato no hacen mella en su popularidad, por el contrario: entre noviembre de 2018 –antes de rendir protesta- y este mes de febrero de 2019, ganó casi 5 puntos porcentuales. Es el terreno que va del amor a la simpatía.

Pero hay un escenario diametralmente opuesto: Si se trata de opinión publicada, de columnistas, de líderes de opinión, de grupos de poder de decisión o de influencia —algunos lo llaman el círculo rojo—, ahí una encuesta quedaría al revés, si existiera: siete de cada 10 desaprobaría las acciones y decisiones en los primeros 100 días de la presidencia de López Obrador. Ese es el terreno que va del odio irreconciliable, el cuestionamiento, a la duda.

Entre ambos terrenos los puntos de reconciliación son difusos. Casi inexistentes en este diálogo de sordos que se ha vuelto actualmente la discusión pública en México. Ni entre los siete que aprueban el mandato están puros chairos, ni los siete que desaprueban son solo fifís. Algo parecido sucede con el argumento repetido de que el país enfrenta cada vez más una creciente división, un encono que desde la misma presidencia de AMLO se abona a volver irreconciliables a uno y otro bando, si es que existen esos bandos, porque esa división solo se presenta para efectos explicativos.

López Obrador se engañaría si su popularidad la mide por el número de selfies que le piden en los aeropuertos o en los eventos públicos del fin de semana. A Enrique Peña también lo entretenían con los autorretratos, y él mismo tomaba los teléfonos a veces y hasta un apartado tenía el portal de internet de presidencia para encontrar la foto. No, no es así. Como tampoco el odio está entre los detractores empedernidos que han perdido la brújula del análisis por la animadversión de décadas al político tabasqueño. Un ejemplo es cualquier día de la columna de Ricardo Alemán: “en el gobierno de López Obrador la salud de la libertad de expresión y el derecho a la información no están lejos de la censura y la represión que vive Venezuela”.

El mismo diálogo de sordos es en vía contraria: El presidente se pasa más de una hora diaria en la conferencia mañanera. Y aunque se trata de un formato pregunta respuesta, abundan los huecos de información o la inexactitud, por decir lo menos.
Cierto que del odio al amor solo hay un paso, solo que cuidado, el camino en sentido contrario tiene la misma distancia.

Margen de error
(Título) Contrario a lo que pudiera pensarse, el título de la columna de La lucha de contrarios, no va en el sentido de la dialéctica marxista. Lenin veía en la lucha de contrarios el desarrollo de una sociedad y del pensamiento mismo. Ningún desarrollo, decía, es ajeno a las contradicciones. Es por estas contradicciones, agregaba Lenin, que en los acontecimientos históricos y en la vida social misma, hay una lucha constante entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que muere y lo que nace. De ahí proviene también el más conocido concepto de lucha de clases, ambas ligadas entre sí, pero al mismo tiempo excluyentes.

Pero no va de eso. Este episodio del país es mucho más terrenal. Incluso explicarlo desde la dialéctica marxista lo que acarrearía es todavía polarizar más las posiciones ya de por si encontradas.

Mirilla
(Mensajes e información) Otra lucha de contrarios en esta coyuntura está en la abundancia de mensajes y en la falta de información, al mismo tiempo. Nunca en la historia de la humanidad había fluido tal cantidad de mensajes y en una velocidad inusitada, y al mismo tiempo tan poca información, una nulidad de datos.

El debate actual en México se da de una manera desinformada. La información, los datos —en su acepción más simple como la información concreta que permite el conocimiento exacto sobre un hecho— están en unas cuantas manos o mentes. Alguien diría que siempre ha sido así, y tendría razón, pero hay épocas en que el ruido es mucho mayor, y la información escasea.

En el fondo sí existen las posiciones encontradas e irreconciliables entre algunos grupos de poder y quienes ahora manejan el Estado: Un poder empresarial que se siente avasallado por las nuevas reglas del juego en los grandes negocios, una clase intelectual que siente en riesgo los valores básicos de una democracia, sin contrapesos al Ejecutivo, y por el otro lado un grupo empoderado que ve en todo acto del pasado una aberración que no contribuyó a una defensa de los intereses sociales (como la Comisión Reguladora de Energía que tanto ataca López Obrador en las conferencias matutinas).

Primera cita
(Amor-odio) La cita de la semana es de Jorge Zepeda Patterson: “Nunca un presidente tan bien amado había sido tan odiado, simultáneamente.”

Deatrasalante
(Cumpleaños) El PRI cumplirá año. Un 4 de marzo de amargura y de derrota quizás, o de renacimiento para otros, al fin el PRI si algo ha demostrado es resurgir de las cenizas antes sus muchas muertes. Pero hay una batalla terrenal que primero tendrá que librar: las voces dentro del PRI que se preguntan sobre los cariños y porras de Quirino Ordaz a López Obrador. ¿Un guiño? ¿Civilidad política? ¿Rendición ante la mayoría aplastante de Morena?

Por ahora nadie le disputa al Gobernador su liderazgo dentro del PRI, pero aún faltan muchas noches para el tiempo de la sucesión (PUNTO)

Columna publicada el 3 de marzo de 2019 en la edición 840 del semanario Ríodoce.

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