Javier, la otra teoría

juicio del chapo javier

“Los rumores son siempre verdad. Cuando se los limpia de mentiras y de excesos, siempre queda un núcleo de verdad. Y eso es lo que uno debe buscar”. Henning Mankell. El Chino.

Las declaraciones los días 23 y 24 de enero ante la Corte de Distrito del Este de Nueva York por parte de Dámaso López Núñez, alias el Licenciado, han sembrado más dudas que certezas. El testigo de la fiscalía norteamericana ya había hablado de su relación con Joaquín el Chapo Guzmán, del rol que jugaba en el Cártel de Sinaloa tanto en los negocios como en los asesinatos, entonces llegó el momento de que la defensa cuestionara a Dámaso.

Lea: Dámaso acusa y se defiende sobre asesinato de Javier Valdez https://bit.ly/2DGR6mf

Terminaba la audiencia del miércoles 22 cuando Eduardo Balarezo, abogado del Chapo, trajo a colación el homicidio de Javier Valdez Cárdenas. De acuerdo con la crónica de Alejandra Ibarra Chaoul para Ríodoce, se dio el siguiente intercambio:

“Balarezo le pregunta si en una de las reuniones que tuvo con el gobierno estadounidense después de su arresto, le preguntaron si estuvo involucrado en el asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas. López Núñez: Sí, era un prestigioso y reconocido periodista sinaloense… Balarezo: ¿Y asumo que su hijo tampoco tuvo nada que ver con el asesinato? López Núñez: Asume usted bien. Resulta que los hijos de mi compadre se enteraron de que di una entrevista por teléfono donde explicaba los motivos por los que me señalaba Ciro Gómez Leyva en un noticiero de ese periodista, decía que yo había emboscado a los hijos de mi compadre y que uno de sus hijos y el Mayo estaban graves. Como era falso, cuando se me acercó el periodista, lo vi como una buena oportunidad, pero los hijos de mi compadre no les pareció bien lo que a mí sí. Si no, pregunte a cualquiera en Culiacán. Que ellos amenazaron a todos en la casa editorial para sacar una nota a modo y obligaron a que no sacara la entrevista. Pero como el periodista era íntegro, la publicó, desobedeciendo las órdenes de los hijos de mi compadre y la publicó. Y como los hijos de mi compadre están coludidos con el gobierno no encontraron a un culpable y culparon a mi hijo”.

Esta versión contrasta con aquella dada a conocer por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE). Según esta, Heriberto “N”, el Koala, junto con Juan Francisco “N” y Luis Idelfonso “N”, participaron en el homicidio de Javier Valdez el 15 de mayo de 2017. Los tres intervinieron como autores materiales, pues habrían recibido la orden de matarlo de parte de la “gente de Eldorado”, ya que no les había gustado una publicación que hizo. Incluso los sicarios recibieron como pago “una pistola plateada con cachas blancas con una imagen referente al Minilic“, de acuerdo a la crónica de La Jornada.

¿Cuál es la verdad? La que prevalezca en el juicio por el asesinato de Javier. En la audiencia básicamente se enfrentarán dos historias, la propuesta por la FEADLE y la producida por los abogados defensores. Solo una vencerá. Aquella cuyos enunciados sean verosímiles, acreditados con pruebas y que no hayan podido ser refutados por los argumentos y datos de la parte contraria.

Para valorar con prudencia las revelaciones de Dámaso López Núñez hay que tomar en cuenta que su testimonio deriva de acuerdos que hizo con las autoridades norteamericanas, las que, a cambio de una declaración que sea directamente útil para condenar al Chapo Guzmán, tienen la libertad de sugerir al juez rangos para sentenciar al cooperante bajo criterios menos duros que otros casos similares. Además, podemos suponer de las respuestas recogidas en las crónicas de lo que sucedió en las audiencias, que Dámaso tiene en todo momento la preocupación de exonerar a su hijo sin revelar demasiado.

Lea: La exigencia de castigo para los asesinos de Javier Valdez https://bit.ly/2FVVcZQ

Con independencia de eso, la revelación de otros probables implicados en la muerte de Javier debe investigarse para analizar, primero, si se encuentran indicios razonables que soporten las imputaciones. Después recabar datos de prueba y finalmente determinar si el caso se sostiene en una audiencia judicial. Lo que sería muy grave es hacer caso omiso, voltear a otro lado y esperar a que lleguen el olvido o el desánimo. Eso es impunidad: dejar de investigar, de manera discrecional, para que, en su caso, el Ministerio Público se abstenga de ejercer la acción penal.

A fin de cuentas, ¿quién mató a Javier Valdez? ¿Fueron los “Dámaso” o los “Chapitos”? Te digo, a Javier lo mató el contexto, como en la novela del mismo nombre de Leonardo Sciascia en la que el protagonista, el inspector Rogas investiga el crimen del fiscal Varga y después la muerte del juez Sanza y luego la del juez Azar y finalmente, el escritor Cusan termina investigando el asesinato del propio Rogas.

El contexto en el que vivimos todos relacionados con todos en amistades y traiciones. Ese que permite la existencia de fuerzas criminales que se arrogan el derecho a decidir quién vive y quién muere. Ese contexto mató a Javier y no ha cambiado en nada. Los actores son diferentes pero el poder de vida y muerte continúa. Ese maldito contexto nos va a matar a todos.

Artículo publicado el 27 de enero de 2019 en la edición 835 del semanario Ríodoce.

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