Mamma Mia 2: Vamos otra vez

mama mia 2

La falta de originalidad en las historias de las películas no es exclusiva de un país. Por lo general, se critica que las cintas mexicanas abordan los mismos temas —violencia, corrupción, impunidad y delincuencia— y que recurren a los mismos actores para interpretarlas, pero esto puede suceder donde sea. Como prueba está Mamma Mia 2: Vamos otra vez (Mamma Mia: Here We Go Again!/Reino Unido/2018), dirigida y escrita por Ol Parker, con el único objetivo de recaudar dinero en la taquilla.

En la película de este año, Sophie (Amanda Seyfried) tiene problemas con su pareja (Dominic Cooper) y, para colmo, le surgen varios inconvenientes en torno a la próxima inauguración de su restaurante, que quiere abrir como un homenaje a su madre (Meryl Streep), que ya falleció.

Por otro lado, luego de graduarse, Donna (Lily James, en el personaje de Streep de joven) emprende un viaje a Grecia, pero en el camino conocerá a tres chicos (Josh Dylan, Hugh Skinner y Jeremy Irvine), que serán muy  importantes en su vida.

Para una, el día de la apertura del restaurante se acerca junto con la amenaza de una tormenta. Para la otra, la llegada a su destino implica decidir con quién de los tres pretendientes lo quiere compartir.

En comparación con la de 2008, Mamma Mia 2: Vamos otra vez es mejor. Tiene escenas más divertidas; es interesante cómo se mezcla el presente y el pasado, para contar las historias de madre e hija, aunque eso no quiere decir que sea buena. Es cierto que la mayoría de las actuaciones no decepcionan, menos la de Lily James, que es muy simpática, pero es una cinta innecesaria.

Hace diez años, uno de los conflictos de la trama era que, previo a casarse, Sophie se entera de que su mamá no sabe quién de los tres hombres con los que estuvo es el padre de su hija, y al final no se aclara quién es. En la producción actual, a través de flashbacks se muestran las aventuras de Donna con cada uno de los tres galanes, para terminar embarazada y sola en un lugar paradisiaco, en el que ahora su hija Sophie pretende abrir su negocio. En Mamma Mia 2, los tres galanes ya entrados en años siguen siendo considerados los padres de la chica, pero ahora tampoco se dice quién es el único y verdadero. Entonces, ¿cuál es el propósito del filme?

Al espectador se le anuncia un elenco que no aparece como se supone. Las dos más esperadas: Meryl Streep y Cher, salen muy poco y hacia el final, y por cierto tienen los mejores momento del filme, juntas y por separado. Más aún, ¿qué caso tiene hacer un musical de ABBA, si ya había uno? ¿Para qué repetir las canciones? Insisto con lo del principio: el objetivo del filme es recaudar lo más posible en la taquilla.

Es curioso que, a la vez que la película de 2018 es una secuela que amplía la trama de hace 10 años, también es una precuela, por lo que se aborda del personaje de Donna. Una segunda parte, pasa, aunque no para decir lo mismo. Una tercera: no, por favor. Vaya a verla… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 26 de agosto de 2018 en la edición 813 del semanario Ríodoce.

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