En Concordia se protege a niños y maestros ante enfrentamientos

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El ciclo escolar en Concordia inició el 20 de agosto pasado en un contexto de inseguridad, desplazados y ejecuciones, situación que provocó que ocho profesores fueran resguardados por las autoridades escolares.

Víctor Lora siguió las indicaciones de sus superiores y apoyó a ocho docentes para reubicarlos en El Huajote y la cabecera municipal de Concordia, acciones con las que resguardó su integridad física ya que el peligro según dicen, está en los caminos, donde de un momento a otro se pueden desatar enfrentamientos entre grupos rivales y cobrar vidas de inocentes.

Existe el antecedente de que en mayo del año 2017 tres maestros fueron acribillados, dos de ellos eran de primaria y uno de telesecundaria, todos originarios de Escuinapa. Los primeros reportes señalaron que la agresión ocurrió en el poblado Mala Noche, unos kilómetros arriba de La Petaca, alrededor de las 13:30 horas; a partir de entonces, según testimonios de familiares de docentes, la incertidumbre y el miedo permanece, pues saben que subir implica poner en riesgo la vida.

A poco más de un año de ese hecho, las condiciones de seguridad en la que deben laborar no han cambiado, por el contrario, según explicó el inspector federal escolar, se ha recrudecido.

El lunes 20 de agosto, al iniciar el ciclo, Víctor Lora informó que 180 niños se habían quedado sin clases. La causa: el resguardo de los profesores.

Textualmente sostuvo que se había recrudecido la violencia.

“Ahorita, definitivamente ya explotó la bomba, tengo aquí a seis maestros en resguardo (de seis comunidades) que temen subir a esas comunidades, hasta que no haya las condiciones (de seguridad) que se presenten a trabajar”, informó.

Para el viernes ya eran ocho profesores los resguardados que tienen su plaza en el Cuatantal, Chirimoyos, Santa Lucía, Guayanera, Chupaderos y La Guásima.

Tres días después, es decir, el 23 de agosto, un enfrentamiento en Magistral obligó a niños y profesores a tirarse al piso para evitar ser víctimas de una bala perdida.

“El temor está en los trayectos por el temor a que una balacera se desate o les quiten los carros o como el día de ayer, por ejemplo (el jueves 23 de agosto) una balacera ahí en Magistral y toda la gente corrió porque la balacera se dio a las casas, así estaban tirando a las casas, y toda la gente corría y se resguardó en la escuela”, relató.

Desde luego, agregó, a los niños se les dio la indicación que se tiraran al suelo, y los padres y madres de familia que iban por sus hijos, llorando; todo eso causa pánico.

Confirmó que en medio de la balacera, en la que un hombre fue asesinado, estaba la escuela primaria y telesecuandaria Licenciado Clemente Vizcarra; de primaria había aproximadamente 32 niños y un maestro.

Fuentes oficiales dieron a conocer que habían hallado una vivienda con impactos de bala en la fachada y que fue asegurado un chaleco y cargadores.

El inspector escolar reveló que una familia fue evacuada del lugar.

El 22 de agosto, fuentes oficiales indicaron que el Director de Seguridad Pública, Ernesto Báez Perez y personal de Protección Civil desalojaron a 10 familias, sumando 24 personas las que fueron trasladadas a la cabecera municipal de Concordia, otras a Villa Unión y Mazatlán.

Lamentablemente este tipo de situaciones forman parte de la cotidianeidad en algunos pueblos de Concordia, a los que la gente se está acostumbrando.

“Ya nos estamos acostumbrando, todo esto es temporal, surgen estas cuestiones y por eso a los maestros no los desubicamos ni cerramos las escuelas, nada más los protegemos, pasa esta ola de violencia y todo parece que vuelve, aparentemente, a la normalidad”, consideró.

Las balaceras son cosas que surgen de repente, agregó, se da entre los mismos grupos rivales.

“Aquí, el temor del maestro es que en medio de la balacera, alguna bala vaya a darles, porque con los maestros no se meten, siempre nos han respetado esas gentes, nosotros no tenemos bando, nosotros vamos a trabajar y ahí ellos se agarran, nada más que ese es el temor, una bala perdida”, insistió.

La semana no transcurrió tan tranquila para el magisterio después de la balacera del Magistral, aunque los profesores que están resguardados dando clases en El Huajote y Concordia, sí lo hacen en mejores condiciones de seguridad, y cerca de sus lugares de origen, ya que se buscó que su lugar de trabajo estuviera lo más cerca posible de sus lugares de residencia.

El riesgo que observa Víctor Lona, es que si las familias abandonan definitivamente sus comunidades y deciden no volver nunca, se cierran las escuelas y la fuente de trabajo se acaba para los profesores.

“Yo tenía 33 escuelas, me quedan 16 nada más, en un periodo de aproximadamente ocho años perdí esas escuelas; en lo que va del año no he perdida nada, las indicaciones del secretario de Educación Pública son que no se cierre ninguna escuela”, dijo.

Y esa indicación funcionó, porque en 2017 hubo comunidades que quedaron solas, pero después volvió la gente, indicó.

Aunque no tiene idea de cuánto tiempo tardarán en regresar los maestros a sus escuelas, confía en que tarde o temprano el clima de inseguridad baje para poder hacerlo.

“Aquí la gente dice que hasta que ya termine esto, pues que son dos bandos los que se están peleando, y hasta que gane uno de los dos ya vuelve la aparente calma, pero en estos momentos no hay indicios de que eso ocurra, sigue la violencia”, indicó.

Artículo publicado el 26 de agosto de 2018 en la edición 813 del semanario Ríodoce.

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