Hubo un tiempo, no muy lejano, en que México y sus estados que ahora conocemos como peligrosos, registraban niveles de violencia que comparados con los actuales parecen un juego de policías y ladrones de caricatura. Es como explorar dos Méxicos distintos, dos Sinaloas, Guerreros, Chihuahuas, Colimas.
Viendo aquel país no muy lejano, y este muy cercano, es casi un objetivo por alcanzar, pero al mismo tiempo un punto de arribo imposible. Regresar al pasado, en este asunto, sí se vuelve necesario pero resulta que para eso sí está muy muy lejano.
Una aclaración antes de seguir: aquel pasado ya era definido como de alta violencia. Y los números así lo confirmaban además.
Explico.
La semana pasada el INEGI concluyó el procesamiento de la información sobre homicidios dolosos de 2017, que unió a la base de datos que mantiene desde 1990. En total 27 años de una danza macabra de números. Una generación de mexicanos bajo el signo de la violencia.
En el país han asesinado en estas casi tres décadas a 459 mil 748 personas. Pero más de la mitad de ellas, 232 mil 814, las han asesinado en los últimos 10 años, de 2008 a 2017. Los crímenes son tantos como si se exterminara por completo una ciudad mediana como Mazatlán, o Los Mochis.
Sinaloa está casi igual, de 1990 a 2017 han asesinado en el estado tantas personas como espectadores caben en el estadio de beisbol Ángel Flores: 23 mil 788. Imagine el estadio lleno en una final de los Tomateros, y entonces tendrá una imagen exacta —de hecho se quedará corto porque la capacidad del parque es de 20 mil aficionados.
¿Cuál era aquel tiempo no muy lejano? 2007. Es el año menos violento desde 1990 en este país. Asesinaron a 8 mil 867 personas. Eso es casi cuatro veces menos que el año pasado, 2017, el más violento desde que se tiene registro al alcanzar 31 mil 174 víctimas.
En Sinaloa 2007 no fue el año menos violento, pero casi empata con 2004, ese sí con el registro menor en 27 años de datos sobre homicidios. En 2007 fueron 398 crímenes, en 2004 bajó a 394. Pero si se quiere saber de un tiempo no muy lejano y no muy violento hasta el punto de añorarse, es diciembre de 2007, el mes cuando asesinaron a 15 personas. No hay mes con un registro así en 324 meses de historia en Sinaloa. En el punto contrario, el peor mes es marzo de 2010 cuando asesinaron a 244. Un crimen cada 3 horas en promedio.
Entre eso oscila el México violento y el México pacífico —si es que se puede llamar pacifismo a esa violencia tan tan cercana.
Margen de error
(Frío) La frialdad de los números es ofensiva ante la barbarie que significan esas millares de historias. Debajo de esa danza decimal está la indolencia multiplicada, y dentro un engaño mayúsculo. Bajemos un escalón más. Los números absolutos de la base de datos solo explican una pequeña parte de lo que ocurre, entre más se desciende es peor.
Y es que los números absolutos comparan tamaños dispares. Es decir, no es igual el Estado de México que Sinaloa, uno tiene casi tres veces más población que el otro.
En 2017 Sinaloa está en el lugar siete por el número de asesinatos, pero en el cuatro por la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes (43.89) —en 2011, el otro año más violento, ocupó el tres en tasa y el cinco en números absolutos—. El sitio más violento en México se llama otra vez Colima, como lo fue en 2016. Colima registró una tasa de 93.61 asesinatos por cada 100 mil habitantes, cuatro veces más que la tasa en el país, y 30 puntos más que Guerrero.
Y aquí el dato más frío, pero más preocupante: En 2007, el año menos violento de la historia, Sinaloa registró la tasa de homicidios más alta de México, 26.91 por cada 100 mil habitantes. Es decir, en el año pacífico de México, Sinaloa fue la zona más violenta.
Mirilla
(Es lo que es) Algunas conclusiones:
—Este 2017 mostró que los homicidios se dispersan en todo México. Contrario al pico violento de 2011, cuando se concentraban los asesinatos en zonas violentas, ahora son cada vez más los puntos rojos. Aquel 2011 cinco estados concentraban la mitad de los registros: Chihuahua (4 mil 500), Estado de México (2 mil 623), Guerrero (2 mil 416), Nuevo León (2 mil 174) y Sinaloa (1 mil 990). Pero en 2017 los cinco estados más violentos solo concentraban el 40 por ciento: Estado de México (3 mil 046), Guerrero (2 mil 578), Guanajuato (2 mil 252), Chihuahua (2 mil 221) y Baja California (2 mil 144); el 60 por ciento restante se distribuye en amplios márgenes violentos, las zonas con casos aislados son cada vez menos.
—El top ten de entidades violentas se mueve poco. Sea 2017 el año más violento en la historia de México, o 2007 el menos violento, los estados con los registros de más asesinatos son los mismos. Para esos 10 estados es igual si el país está en una crisis de violencia o fue su año más pacífico, esas entidades siempre están con el mayor número de casos. Solo una excepción, Guanajuato que está en 2017 y no en 2007; y Oaxaca que no está el año pasado, pero sí hace una década.
Primera cita
(Igual) Cinco Presidentes de México. Seis gobernadores, al menos, por cada estado. Decenas de alcaldes. Centenares de encargados de la policía y procuradores. Partidos de un color y de otro. Los resultados han sido los mismos. En 27 años de datos lo que surge es que en el país y muchos estados de México se desperdició una oportunidad histórica en la disminución de los índices de homicidios, ocurrido hace 10 años, justamente cuando bajó para subir a niveles inimaginables en aquel momento (PUNTO)
Columna publicada el 5 de agosto de 2018 en la edición 810 del semanario Ríodoce.
