Quirino y un Congreso a sus pies

 

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La semana pasada fue fatal para la democracia en Sinaloa, aberrante para la transparencia y rendición de cuentas, vergonzosa para la clase política y los partidos. Mientras el Congreso del Estado aprobaba las cuentas públicas de  uno de los gobernadores más corruptos que ha tenido Sinaloa, Mario López Valdez, preparaba las condiciones para que nunca más los diputados tuvieran que estarse “desgastando” en estos ejercicios “sobrepolitizados”.

El Congreso decidió mutilarse las manos. En hechos que no tienen una explicación racional, modificó la constitución para impedir que las cuentas públicas sean revisadas por los diputados y, en su caso, suspendidas y hasta rechazadas. No hay un precedente al respecto, salvo el de la cámara de diputados que, bajo el esquema del Sistema Nacional Anticorrupción, dejó la revisión de las cuentas a la Auditoría Superior de la Federación, que debe entregar al legislativo informes periódicos sobre el estado de las cuentas. De ahí se agarraron los diputados locales para modificar la constitución cuando no estaban obligados a quitarse esa facultad. Y hasta presumieron que serían pioneros en la materia. No por nada los legisladores son, entre las entidades y servidores públicos sometidos a encuestas, de los más repudiados.

Solo lo que hicieron en estos dos días los diputados locales —martes y jueves—, basta para calificar nuestras instituciones “democráticas”. El gobierno de Malova ha sido uno de los más observados por auditorías estatales y federales y aun así el congreso le palomeó sus cuentas.

Eso el martes, pero el jueves fue el colmo. Una iniciativa para reformar la constitución para que el congreso ya no tuviera que revisar cuentas públicas levantó protestas airadas de diversos sectores de la sociedad y el dictamen fue enviado al enfriador. Pero solo unos días, porque la consigna era sacarlo adelante. Se empezó a correr la voz de que el dictamen sería incluido en la sesión de ese día y así fue. En medio de protestas como pocas se han visto en Sinaloa, el mazazo a la claridad en el manejo de los recursos se dio.

Fue por consigna, eso es evidente. Y aquí es donde entra la otra parte de la ecuación: el poder ejecutivo. Una iniciativa así, tan polémica, no hubiera pasado si no hubiese sido una instrucción del gobernador, en este caso de Quirino Ordaz Coppel. Y entonces el Congreso, lejos de su naturaleza como poder de contrapeso, se pone de rodillas y acepta, en medio de la abyección y el cinismo, los puñados de billetes falsos y de maíz, de monedas lanzadas por ciudadanos airados para que, al menos por un minuto, sientan un poco de vergüenza.

Esta reforma pasará a la historia como uno de los momentos más deleznables del poder legislativo, pues se mutila así mismo la facultad que tenía —mientras otro poder, el judicial, no diga otra cosa—para revisar las cuentas públicas, una de las tareas más importantes que los constitucionalistas le dieron en su papel de representante del pueblo que lo elige.

Pero vayamos al Ejecutivo ¿Por qué Quirino Ordaz Coppel tenía tanto interés en que la constitución se reformara? La explicación que se da hasta el bolero de la esquina es que está preparando el camino para su retiro. ¿O tiene que ver que el Ejecutivo es el que pone el dinero para “maicear” a los diputados con el fin de que aprueben o rechacen las cuentas según sea el interés? ¿Sale más caro lidiar con el congreso en pleno que con unos cuantos diputados que integran las comisión de fiscalización? ¿Es un asunto también de “austeridad” ante el desfalco de las finanzas que Ordaz Coppel encontró?

Si es una u otra cosa, eso se vuelve irrelevante ante el hecho insólito de que un poder se quite a sí mismo facultades esenciales e históricas por indicación del poder que tiene enfrente y al cual es su obligación vigilar. México está jodido, es cierto, pero no merece tanta miseria de su clase política. Hay límites, pero nuestros legisladores no parecen entenderlo. Y siguen actuando como en los tiempos del partido único (el PRI), que tuvo siempre el apoyo de partidos paleros que simulaban ver el país con otros ojos pero que terminaban arrastrándose ante los designios de un poder que, incluso, los había creado para eso.

Bola y cadena

¿DÓNDE QUEDÓ ENTONCES el discurso del gobernador cuando andaba en campaña? ¿Dónde aquello de que “la gente está cansada, está harta de la corrupción y exige más transparencia”? ¿Hacia dónde pretende llevar Quirino Ordaz a Sinaloa cuando marcha a contrapelo de las exigencias de una sociedad hasta la madre de políticos ladrones? Es evidente que ya tomó la decisión de no buscar castigo para nadie de la administración anterior a pesar de que tiene elementos para hacerlo. Pero lo peor no es eso, sino que esté preparando las condiciones de seguir los pasos de su antecesor.

Sentido contrario

¿DÓNDE ESTABA EL DIPUTADO Efrén Lerma, del PRD cuando se discutió la reforma constitucional? ¿Enfermo de un ojo? Como dijo un connotado miembro de su propio partido. “Son chingaderas, en un momento así vas hasta en camilla, el caso es dar la pelea”.

Humo negro

LOS ESTADOS UNIDOS CIERRAN LA PINZA en torno de Joaquín, el Chapo Guzmán, ahora levantando cargos contra Lucero Sánchez en una corte federal de Washington DC. De todas formas más vale no especular mucho ni con el destino de ella, ni con el de él. Los gringos no se cortan las venas. Y en todo esto va primero el negocio.

 

 

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