El cuento Huellas en el camino obtiene mención honorífica en concurso nacional
A su corta edad de veintidós años, Hernán Arturo Ruíz gana su primera mención honorífica en el concurso nacional Beatriz Espejo con su cuento Huellas en el camino.
Estudiante de cuarto grado de la Facultad de Derecho en la UAS y maestro de español, inició a escribir desde muy pequeño influenciado por sus padres —quienes son licenciados en literatura— y por escritores como Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Julio Cortázar.
“Lo que más esperaba al entrar a la escuela, era que me dieran el paquete de libros de texto y agarrar el libro de lecturas y ver que había ahí. Desde que aprendí a leer no me he separado de los libros, aunque ha ido evolucionando el tipo de lectura que he tenido”, comentó.
Empezó escribiendo sueños y pequeñas historias. A los quince años creó su primer libro de cuentos, posteriormente escribiría canciones para la banda de rock de la que formaba parte, pero encontraría su lugar en la narrativa, sintiéndose seguro de escribir y libre de expresarse al redactar un cuento.
En febrero del 2015 se enteró que existía el taller de creación literaria, impartido por Mariel Iribe. Sin noción alguna de lo que quería escribir, decidió asistir para conocer y aprender a redactar cuentos. Con ayuda de su maestra y compañeros, empezó a tener una idea más clara de lo que estaba escribiendo, de lo que quería trasmitir y cómo podía mejorarlo. Influenciado por las recomendaciones literarias, afirma haber avanzado y descubierto la manera correcta de expresar sus ideas.
Entre los autores que más admira se encuentran el mexicano contemporáneo Julian Herbet, Chekhov, Hemingway y Mario Vargas Llosa.
“La literatura para mí es un desafío que haces a la naturaleza, es un desafío a la realidad, la literatura es para quienes no quieren aceptar todo lo que la misma realidad te impone y tú buscas cambiarlo, tú buscas respuestas diferentes”, dice el joven autor.
Explica que la idea del cuento “Huellas en el camino” surgió de una experiencia personal. Después de dos días sin dormir trasladó esa vivencia a papel. Testifica que fue un proceso duro acomodar las ideas que tenía y que fuera interesante para el lector. La sesión próxima del taller decidió llevar su cuento para que le dieran puntos de vista y durante una semana se dedicó a correcciones finales, fue entonces cuando se abrió la convocatoria nacional Beatriz Espejos; dudoso envió su cuento, sin esperar que sería el segundo en recibir la mención honorífica en Yucatán y que su cuento sería publicado en una Antología Nacional.
Hernán Ruiz menciona que fueron más de 400 cuentos los que se enviaron al concurso, por lo que se mostró emocionado al recibir la llamada de la Secretaría de Cultura de Yucatán, y orgulloso de que reconocieran su trabajo y esfuerzo.
En su cuento se narra la historia de una familia que se dedica a cosechar marihuana y amapola, para cubrir sus necesidades básicas. Se cuenta su día a día, la manera natural con que ven la violencia en la que viven, puesto que es el único trabajo que conocen, su única fuente para obtener dinero y sobrevivir. Se desarrolla un enfoque del narcotráfico desde un punto de vista hogareño, sin embargo se enfrentarán a las consecuencias catastróficas de violar las leyes. Se plasma el conflicto de no saber si se está haciendo el bien o el mal, la venganza y las necesidades de mantener a la familia.
Los cuentos de Hernán están basados en historias de la vida cotidiana, actualmente cuenta con más de siete cuentos que reúnen los requisitos que él mismo se ha impuesto. Entre sus planes está sacar un libro marcado por un mismo concepto, en el cual los personajes terminan afectados física y psicológicamente, atrayendo al lector y causando empatía hacía los personajes.
