Las revelaciones mundiales de la investigación periodística internacional más amplia de la historia, bautizada como Panamá Papers, revitalizan el papel del periodismo. Mientras el poder público, fáctico y del entretenimiento globaliza sus vínculos para ocultar el dinero, pero teniéndolo siempre a la mano; el periodismo también encontró la fórmula de globalizarse, implicando a colegas del mundo y así seguir el rastro del enredo impresionante que hacen los hombres y mujeres del dinero.
La investigación Panamá Papers hubiera sido imposible sin la filtración de los 11.5 millones de documentos del despacho Mossack-Fonseca, con sede en el paraíso fiscal de Panamá. En ellos está la historia de 40 años de enredos internacionales, armando las estrategias para mover el dinero de manera virtual de un lado a otro, pero sin que se pierda en el camino, solo que se oculte quien es el dueño y de paso se lave o se evada el fisco.
376 periodistas construyeron esta gran investigación, revisando papel por papel, cada contrato y cada empresa que se creó en la oficina de Mossack-Fonseca, y la conclusión es sencilla: centenares de personalidades con el fin de ocultar su dinero creaban empresas en países denominados paraísos fiscales, triangulaban recursos ocultando a los legítimos dueños, en un afán de desaparecer de la vista el dinero pero sin perderlo.
Aunque las operaciones de las empresas offshore no son nada nuevo y se conocían los modos de operación de ellas, conocer los casos precisos y documentados con nombres y apellidos le da un vuelco al asunto. Más aun cuando en el mismo despacho convivían desde familiares del cineasta Almodóvar y del Rey Juan Carlos de España, hasta el oriundo de La Noria, Badiraguato, Rafael Caro. Desde el mago del balón, Lionel Messi, hasta el actual presidente de Argentina. Y de México Juan Armando Hinojosa Cantú, el dueño del Grupo Higa —constructor de la Casa Blanca de los Peña Rivera y el empresario predilecto del actual Presidente— y por supuesto socios del Chapo Guzmán.
Darle orden a 11.5 millones de documentos es el logro de esta investigación. Rastrear el contexto en que se da cada transacción siguiendo la máxima básica del periodismo: follow the money.
Margen de error
(La mesa) La Mesa de Distensión Política no se vio afectada por la negativa de asistir de algunos candidatos a la gubernatura —Frías, Estrada, Gómez y Heredia—, porque en algunos casos sus partidos sí asistieron. Pero más allá de eso está la anuencia de las fuerzas políticas de apoyar al gobernador Malova en su persistencia de establecer esos extraños mecanismos extralegales para resolver los asuntos.
Carente de legalidad, la Mesa de Distensión es solo una oportunidad para intentar resolver los asuntos de la contienda por el poder en privado, en lugar de exponerlos ante la autoridad: antes de la denuncia, el arreglo.
La estrategia política de Malova le funcionó y fue desmantelado a la oposición que lo apoyó en su candidatura. Era más cómodo gobernar de esa manera. Llevó al PAN a una crisis de identidad, donde no sabían si eran oposición o gobierno —y no había crisis porque no eran ni uno ni otro—; el PRD se desmoronó y aceptó cualquier migaja, y tampoco fue oposición o intentó marcar diferencia con las posiciones en el gobierno.
Así, seguir el juego de la Mesa de Distensión es caer de nuevo en el juego que les marcó el gobernador a los partidos. De nuevo el beneficiario principal será el PRI.
Mirilla
(Quirino) Que Quirino Ordaz, el candidato del PRI a la gubernatura, empiece su campaña en medio de los silos de Jesús Patrón manda un mal mensaje. Quirino se muestra rebasado por el círculo que lo rodea y no se ve con capacidad política de decisión, sino aceptando las imposiciones que le dictan.
Ya es lo de menos que le sobraran sillas al poderoso hombre del Valle de San Lorenzo, sino que después de ser el renegado del PRI y apoyar a Malova que lo hizo diputado, vuelva al PRI y se ostente como el dueño de la plaza completamente quitado de la pena —si es que la tiene—.
Quirino necesitará más que su vocecita suave para imponerse como el mandón en la campaña y eventualmente en el gobierno; en la medida que vaya cediendo a imposiciones y cierre tratos, empezará a perder trechos de la voz que alguna vez tuvo completa.
Primera cita
(A prueba) Contra viento y marea Sergio Torres, el alcalde de Culiacán, sacó el par vial de la Obregón-Aquiles Serdán. Media docena de organizaciones civiles se opusieron al proyecto de remodelación de la vialidad principal de la capital de Sinaloa, incluso intentaron detenerla por la vía judicial. Una parte de esas organizaciones civiles pedían que se incluyera la ciclovía, y otras plantearon carriles especiales para el transporte público.
Torres no varió un ápice la idea original y se mantuvo en que técnicamente es viable el par vial, porque se reducirán los tiempos de traslado y el grave problema de tráfico en esas zonas de la ciudad.
Culiacán enfrenta desde hace años problemas de movilidad, las horas pico y los embotellamientos son en toda la ciudad. Los pasos deprimidos y pasos a desnivel no han resuelto ni poco siquiera el problema, solo mueven el embotellamiento al crucero siguiente o al próximo semáforo.
Aunque ya sin la presión de la eventual candidatura a la gubernatura que traía en su carrera, Sergio Torres estará a prueba con el par vial y podrá presumir su funcionamiento o cargar con las fallas que tendrá tiempo de corregir (PUNTO)
