De Temixco, Morelos, hoy se pueden decir  cinco cosas clave. Es el cuarto municipio más grande del estado, se encuentra a tan solo una hora y quince minutos de distancia del Distrito Federal, forma parte del paradisiaco corredor de la zona conurbada de Cuernavaca -la llamada “ciudad de la eterna primavera”-, y el 2 de enero pasado asesinaron en su domicilio a la Presidenta Municipal Gisela Mota, a menos de 24 horas de haber tomado posesión.
Durante  décadas cientos de familias de la Ciudad de México han asentado casas de descanso en el corredor Tepoztlán- Cuernavaca-Temixco- Juitepec  para disfrutar del clima y la exuberancia de la región.  Destacan empresarios, políticos, funcionarios públicos, artistas y  escritores. Así se crearon en Temixco, desde hace más de 20 años, fraccionamientos como Las Brisas o Bugambilias,  que en su momento llegaron a ser dos de los más exclusivos de la región.
Por las mismas razones, este municipio se fue convirtiendo en un importante foco de atracción turística y son muy concurridos sus balnearios como la Ex Hacienda de Temixco y Ojo de Agua, así como el centro arqueológico Xochicalco.
La historia de cómo Temixco y ese paradisiaco corredor se convirtieron en un infierno no comenzó la mañana del 2 de enero pasado, cuando un comando de cuatro hombres armados entró a la casa de la alcaldesa y aún en pijama la asesinó delante de sus padres.  Esa historia data de tiempo atrás y los protagonistas no son ni Los Rojos ni los Guerreros Unidos, a quienes el gobierno federal y ahora el gobernador de Morelos Graco Ramírez quieren pintar como más peligrosos y poderosos  que el Cartel de Sinaloa, Los Zetas y el clan de los Beltrán Leyva.
Hace unos días, hablando con un antiguo vecino de las mejores familias de Morelos, me contaba que desde fines de la década de los setenta Cuernavaca se convirtió en el centro de reunión de aristócratas más diversos del mundo, cuando El Sha de Iran, Mohamed Reza Pahlevi,  llegó a vivir a Cuernavaca,  y otros miembros de la realeza se daban cita en la ciudad como el barón VonBlock, la condesa de Charantenel y la reina de Italia María José, esta ciudad se convirtió en un punto cosmopolita donde todos cabían. Todos.
Me habló de las fiestas palaciegas en las magníficas residencias y discotecas de moda en medio del magnífico clima y rustico paisaje, a las cuales también acudían juniores de las mejores familias de Morelos y el DF el fin de semana.  Pero a esas fiestas también llegaba Rafael Caro Quintero, entonces líder del Cartel de Guadalajara junto con Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix  Gallardo, quienes en 1985 secuestraron, torturaron  y asesinaron al agente de la DEA, Enrique Camarena . La droga corría por doquier aunque no era perceptible para todos.
Desde entonces en el paraíso viven demonios. Después Cuernavaca y sus alrededores se convirtió en lugar de refugio de narcotraficantes y secuestradores. De acuerdo con expedientes judiciales recabados tras años de trabajo de investigación, se sabe que Amado Carrillo Fuentes, el llamado Señor de los Cielos, líder del Cartel de Juárez, tenía casas de seguridad en la “ciudad de la eterna primavera”.
Pero uno de los carteles de la droga que se apoderó totalmente de la zona es el de los Beltrán Leyva, desde fines de los noventa. Los hermanos Arturo, Alfredo y Héctor despachaban a sus anchas en diversas casas de seguridad, en la colonia Vista Hermosa, una de las más lujosas y tradicionales de Cuernavaca, en el fraccionamiento Las Brisas, en Temixco. Y en los departamentos Altitud, en Cuernavaca, donde Arturo Beltran Leyva fue abatido en un operativo encabezado por la Marina, en diciembre de 2009.
Aún seguía tibio el cuerpo de la alcaldesa Gisela Mota, cuando columnistas a modo del gobierno federal y periódicos ya estaban inventando la historia de que supuestamente Mota había sido asesinada por el grupo criminal de Los Rojos, porque había pactado con el grupo rival Guerreros Unidos.
El propio gobernador Graco Ramírez, sin una investigación profunda y seria sobre el tema, inmediatamente determinó que la alcaldesa fue asesinada por Los Rojos, porque ella estaba de acuerdo con el mando único.
Ahora resulta que son más peligrosos y violentos Los Rojos y Guerreros Unidos que Los Zetas, el Cartel de Sinaloa, el Cartel Jalisco Nueva Generación y los Beltrán Leyva.
Habrá que recordar que el gobierno de Enrique Peña Nieto responsabiliza a estos dos grupos del ataque contra los normalistas de la escuela rural Raúl Isidro Burgos y de la desaparición de 43 de sus alumnos.
La realidad es que hay grupos criminales en Morelos con mucho mayor peligrosidad y hegemonía que esas dos células criminales.
Tenemos muchas cosas que aprender de la lección de Temixco. No solo no a culpar a víctimas, no solo a desconfiar de las versiones exprés creadas desde el gobierno, sino que también con ese episodio inicia la cuenta macabra de funcionarios públicos y candidatos que quedarán en medio no sólo de las disputas políticas de las elecciones que habrá en 13 estados de la república, sino de las disputas entre los grandes cárteles por el control territorial.
Mientras el gobierno federal y el gobierno de Morelos quieran seguir inflando el poder de clicas como Guerreros Unidos y Los Rojos, protege a quienes en verdad son dueños de la plaza. La pregunta es ¿Por qué?

1. De la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo, en Los Mochis, Sinaloa la madrugada del 8 de enero pasado habrá mucho de qué hablar en la siguiente Lista Negra.