Punteando

Gloria los veía ahí, en la banqueta: sentados entre los árboles, mudando a los escalones del edificio de enfrente, con una botella de agua que para mediodía estará caliente, con radios de intercomunicación y teléfonos celulares, mirando. Nomás mirando, ladrándole al horizonte, husmeando el chapopote, olisqueando entre mofles y escupitajos, perros meones y miradas nebulosas. […]