Fue un acuerdo de Ríodoce: no solo seguiríamos haciendo periodismo, sino que también nos incorporaríamos a las actividades cívicas para exigir justicia por el asesinato
Fui el primero que vio a Javier tirado boca abajo sobre el pavimento. Una siniestra casualidad. Iba en mi auto hacia la oficina y
Muy querido Javier: Caminas con el peso del mundo encima. Es monumental. Cualquiera otro sería un chicle bajo el zapato. Pero tú, Javier Valdez
El tío ya no lo aguantó. Era la vergüenza de la familia. Así que decidió meterlo a un centro de internamiento para adictos.
Cuál es la diferencia, debiéramos preguntarnos. Si se trata de crímenes de la mafia, el pretexto —que no la razón— que se esgrime es
Óscar Lara Aréchiga ya tenía planeada su salida de México cuando de manera insistente lo estaban rastreando reporteros del periódico español El País.
En la cárcel él era el jefe. Lo respetaban y cuidaban. En su pedigrí de cruces, de ficha en la policía y el drenaje
Un golpe de mano de la PGR definió lo que puede verse ya como el final de la guerra que sostenían el grupo comandado
El gabinete de seguridad federal se apresuró a declarar que con la captura de Dámaso López Núñez estaban ante todo desactivando una bomba.
El hermano mayor siempre andaba cuidándolo. Un paso atrás, pegado. Más cerca que la sombra. Así tenía que pasársela porque el menor era travieso,
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