Funerales de Cuen, entre la duda y la promesa de continuar el legado

Funerales de Cuen, entre la duda y la promesa de continuar el legado

Decenas de universitarios, encabezados por autoridades en funciones y exrectores, así como familiares del fundador del PAS, lo despiden

La versión de la tentativa de despojo del vehículo, cómo móvil del ataque, escurre desconfianza para los universitarios que asisten a la funeraria San Martín de Montebello, donde las exequias del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, tienen lugar.

Restringido el acceso a la casa funeraria, desde el exterior solo son visibles los personajes y los numerosos arreglos florales que crean la atmósfera de duelo.

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Políticos y universitarios arriban y se suman a los funerales del fundador del Partido Sinaloense que recibe el último adiós de su jueves negro. También el exgobernador Mario López Valdez.

La cumbre de Montebello se puebla de vehículos de visitantes la tarde el viernes, a las pompas fúnebres del expresidente municipal de Culiacán.

Paloma Sánchez, la senadora electa por la coalición Fuerza y Corazón por México, lo llora y se conduele.

“Estaba muy contento por ser diputado federal”, expresa.

Los 35 grados hacen más bochornosa la ocasión. El vestíbulo de la casa funeraria luce repleta y la resolana de la tarde se vuelve líquido que quema el alma.

“Ya estaba armando todo su proyecto”, recuerda la priista, “dice que iba a ser un gran diputado”.

Cuen Ojeda en un rincón ignoto de la funeraria es ajeno a las críticas, a los lamentos por su muerte. Al dolor de la familia.

La voz de Paloma Sánchez se quiebra y se entrecorta.

“Él decía ‘me saboreo de estar en la máxima tribuna, alzando la voz por las y los sinaloenses…'” solloza.

Paola Gárate, la presidenta del Partido Revolucionario Institucional, arriba al funeral, “espichadita”.

“…es indignante. Lo lamentamos terriblemente. Una tragedia, la verdad”, expresa.

Paola, la que le prestó las siglas de su partido para que el maestro buscara una diputación federal por la vía pluri, exige lo que los universitarios claman.

“…esperemos que no quede impune, que se haga justicia, (que) se investigue con objetividad para que se dé con los responsables materiales y sobre todo, intelectuales”, demanda.

Horas antes la fiscal del estado, Sara Bruna Quiñónez Estrada, daba a conocer de manera preliminar la causa de la muerte de Cuen Ojeda y la apertura de una carpeta de investigación por el delito de homicidio doloso.

Tentativa de robo de vehículo, la causal.

La verdad sospechosa

El abogado de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Alfonso Carlos Ontiveros Salas, no se traga el motivo aludido por la Fiscalía General del Estado.

“Cómo que fue una tentativa de robo de vehículo y se abre una carpeta de investigación por homicidio doloso”, se pregunta.

A la San Martín continúan llegando coronas funerarias y hacen más bochornosa la estancia de los asistentes.

“No fue una tentativa de robo. Fue un homicidio. Fue una agresión directa”, subraya.

Las calles adyacentes a la funeraria se congestionan de vehículos y de visitantes que acuden en situación de duelo.

El abogado hace un recuento de los actores políticos que tuvieron algún conflicto con el exrector y fundador del PAS:

El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Feliciano Castro Meléndrez; el secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, y el gobernador Rubén Rocha Moya.

“Considerando entonces los antecedentes que acabo de mencionar, esa relación o esa diferencia, por llamarla de esa manera, con figuras públicas del estado, es conveniente que la investigación la atraiga la federación”, manifiesta.

No nos van a detener…

El exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa recibió un homenaje de cuerpo presente en el edificio central de la casa rosalina, previo a su sepultura, la mañana del sábado.

ROBESPIERRE LIZÁRRAGA Y ARNOLDO VALLE. No nos van a detener.

En su último día, Cuen Ojeda arribó a la centenaria casa de estudios, acompañado de su esposa e hijos, del director de Comunicación Social de la casa rosalina, Arnoldo Valle Leyva, quien sufrió un atentado también el pasado 5 de julio, y de los exrectores Víctor Antonio Corrales Burgueño, Jorge Luis Guevara Reynaga y David Moreno Lizárraga.

El encargado del despacho de rectoría, Robespierre Lizárraga Otero, hace una semblanza de sus andares con Cuen Ojeda.

“Hoy, ante nosotros, está nuestro líder, nuestro maestro…”

Lizárraga Otero se esfuerza por contener el llanto ante el ataúd donde reposa Héctor Melesio.

“Al momento de enterarme de la terrible noticia, al igual que ustedes, el sentimiento fue de orfandad…”

Los gritos de “Cuen… Cuen… Cuen…” retumban entre los muros del edificio central.

“Esas balas asesinas no van a parar su liderazgo”, expresa, “su trascendencia está en cada uno de nosotros, está impregnado en los muros de este edificio y en cada uno de la Universidad”.

La sensación de calor es insoportable entre la multitud aglutinada en torno al ataúd.

“Aquí frente a él le decimos, le juramos que de hoy en adelante no nos van a detener en la lucha que él encabezó”.

Angélica Díaz de Cuen y Héctor Melesio Cuen Díaz, quien tiene una orden de aprehensión por no presentarse a las audiencias contra funcionarios de la UAS, observan el cuerpo inerte del universitario.

Lizárraga Otero prosigue:

“El llamado es a seguir adelante, y ante cada adversidad, ante cada piedra en el camino, recordemos la figura de Héctor Melesio Cuen Ojeda y salgamos y sigamos adelante…”

En el infierno del mediodía partió Héctor Melesio Cuen a su destino final, dejando en orfandad a la Universidad y al Partido Sinaloense…

Artículo publicado el 28 de julio de 2024 en la edición 1122 del semanario Ríodoce.

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