Jesús Alberto permaneció casi cuatro años en calidad de desaparecido en las instalaciones del Servicio Médico Forense, mientras su madre y el colectivo de búsqueda Sabuesos Guerreras lo buscaban en hospitales, centros de rehabilitación, y hasta en fosas comunes.

Su cuerpo estaba desde el 2 de octubre de 2020 sin identificar en el Semefo, a pesar de que su madre solicitara desde la denuncia de su desaparición, el 25 de mayo de 2020, que se le buscara entre las personas sin identificar en la morgue.

El 4 de julio, tras una reunión con las autoridades de la fiscalía de personas desaparecidas, su progenitora abandonó el encuentro frustrada y furiosa ante la indolencia de los funcionarios, renuentes a hacer la búsqueda al interior del Semefo.

Dos días después, el sábado 6 de julio, la citaron para informarle que habían encontrado a su hijo en el Servicio Médico Forense, cuyo cuerpo le fue entregado a la una de la madrugada del domingo 7 de julio.

María Isabel Bernal Cruz, dirigente del colectivo de búsqueda Sabuesos Guerreras, criticó que no se tuviera una base de datos ni una confrontación genética para la identificación de los cuerpos en calidad de desconocidos en el Semefo.

La buscadora dio a conocer que en Sinaloa hay mil 300 cuerpos sin identificar en las morgues del Servicio Médico Forense, hospitales y fosas comunes.