50 años de prisión a sicarios

sicarios estacionamiento

En 2020 intentaron secuestrar a herido en el IMSS

Cuatro años después se conoce la verdad de los disparos e ingreso de sicarios a las instalaciones del Seguro Social en Culiacán.

De acuerdo con documentos judiciales, los gatilleros ingresaron al área de urgencias y dispararon, privaron de la libertad a un hombre y cuando se retiraban fueron detenidos por militares.

El hecho ocurrió el 6 de marzo de 2020, en el hospital General Regional 1 del IMSS, en la colonia Miguel Alemán, donde cuatro hombres fueron detenidos y cuatro años después sentenciados a 50 años de prisión.

Momentos después de la detención, el entonces secretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo, arribó al lugar y dijo que el grupo armado no había ingresado al hospital y que los disparos fueron en el estacionamiento.

En un juicio oral se estableció que los balazos solo fueron dentro del edificio y eran seis hombres armados los que llegaron al hospital, de los cuales tres entraron al área de urgencias donde dispararon en al menos cuatro ocasiones y privaron de la libertad a un hombre que recibía atención médica.

La víctima era un paciente que ingresó primero al Hospital Civil y luego fue trasladado al IMSS con una herida de bala en el pie, que, según su declaración, fue causada por una bala perdida.

La víctima entró al área de urgencias a las 10:13 horas y a las 12:04 horas, un vehículo blanco se estacionó en la puerta del hospital, del cual descendieron tres hombres; al mismo tiempo al estacionamiento llegó una camioneta de la que del lado del copiloto bajó un hombre que portaba casco, chaleco y botas tácticas; luego descendió también el chofer y ambos se vuelven a subir y lentamente se dirigen hacia la avenida Francisco Zarco y se retiran.

Los tres hombres que entraron al edificio dispararon en el área de urgencias intermedias y sacaron a la víctima en una silla de ruedas.

EXTRAYENDO AL HERIDO. Secuestro fallido.

En las cámaras de vigilancia quedó registrada la imagen de un sicario que porta una pistola en la mano izquierda y abre la puerta de urgencias para salir ya con la víctima.

A las 12:09 horas, los hombres suben a la víctima al asiento trasero del automóvil blanco, luego lo abordan todos e inician la marcha.

El automóvil avanza hacia la avenida Francisco Zarco y metros antes de llegar entran al estacionamiento dos vehículos militares.

El vehículo blanco detiene la marcha y queda en medio de los militares, y en ese momento se abren las cuatro puertas del automóvil y bajan cuatro hombres que empiezan a correr, pero los soldados alcanzan a someterlos.

Dentro del vehículo localizaron a un hombre con disparos de arma de fuego y dijo que lo habían sacado del hospital y lo llevaban privado de su libertad.

En el lugar aseguraron dos ametralladoras calibre .223, tres fusiles calibre 7.62×39 milímetros, dos pistolas calibre 9 milímetros, 14 cargadores, una cinta eslabonada con cartuchos y 375 cartuchos.

Con los peritajes se estableció que la víctima ingresó con una herida de bala y los hombres que lo privaron de la libertad le causaron dos heridas más cuando le dispararon dentro del hospital.

Los peritos señalaron que en el área de urgencias intermedias había cuatro disparos en los cristales de los cubículos y localizaron dos casquillos calibre 7.62×39 milímetros y dos casquillos 9 milímetros.

Las pruebas de balística confirmaron que los casquillos encontrados en urgencias fueron disparados por dos de las armas aseguradas en el estacionamiento.

Los militares declararon que circulaban por la avenida Francisco Zarco y al pasar por el IMSS varias personas les gritaron que había gente armada dentro del hospital y se dirigieron hacia el estacionamiento, donde se encontraron con el automóvil blanco del que bajaron cuatro hombres y empezaron a correr.

Los abogados de los detenidos aseguraron durante el juicio que no se trató de una privación de la libertad, sino que intentaban ayudar a la víctima.

La mecánica de los sucesos demostrados es completamente incompatible con la idea de que los acusados pretendieran “ayudar” a la víctima, porque haber ingresado con violencia al hospital IMSS, realizar disparos en el área de urgencia intermedia, provocarle al menos dos heridas por armas de fuego a la víctima, localizar indicios balísticos como cartuchos percutidos por dos de las armas aseguradas, es absolutamente retractable a la posibilidad de que los acusados hayan pretendido ayudar o auxiliar a la víctima, motivo por el cual se rechazan esas conjeturas de la defensa, señaló el juez.

Los sicarios fueron declarados culpables de los delitos de privación ilegal de la libertad, acopio de armas de fuego y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea y condenados a 50 años de prisión.

Por los tres delitos la condena sumaba un total de 56 años de prisión, pero el juez resolvió sancionarlos solo con la pena correspondiente al delito de privación ilegal de la libertad, ya que los detenidos no tendrán acceso a beneficios de preliberaciones y por su edad difícilmente alcanzarán a compurgar toda la condena, ya que uno de ellos, por ejemplo, tiene 35 años y cumplirá la sentencia de 50 años cuando tenga 85 años.

Artículo publicado el 16 de junio de 2024 en la edición 1116 del semanario Ríodoce.

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