México extraditó a Néstor Isidro Pérez Salas, “El Nini”, a Estados Unidos, presunto jefe de seguridad de “Los Chapitos”, publicó El Universal.
El diario informó que Merrick B. Garland, Fiscal General estadounidense, dijo en un comunicado que “El Nini fue uno de los principales sicarios o asesinos del Cártel de Sinaloa, y fue responsable del asesinato, la tortura y el secuestro de rivales y testigos que amenazaron la empresa criminal del cártel del narcotráfico”.
Añadió que “alegamos que “El Nini” era parte de la producción y venta de fentanilo por parte del Cártel de Sinaloa, incluso en Estados Unidos”.
En comunicado agradeció “a nuestros homólogos del gobierno mexicano por sus extraordinarios esfuerzos para detener y extraditar a “El Nini”. Con esta acción coercitiva, “El Nini” se une a la creciente lista de líderes y asociados de cárteles acusados y extraditados a Estados Unidos. El Departamento de Justicia seguirá persiguiendo a los cárteles responsables de inundar nuestras comunidades con fentanilo y otras drogas”.
“El Nini” logró huir dos veces antes de ser capturado
En noviembre, el secretario de la Defensa de México, Luis Cresencio Sandoval, reveló que hubo dos intentos fallidos previos en los que “El Nini” logró eludir a las autoridades antes de su detención en la norteña ciudad de Culiacán, capital del estado de Sinaloa.
Según las autoridades, era el jefe de seguridad de los hijos de Guzmán, conocidos como los “Chapitos”, quienes lideran una facción del poderoso Cártel de Sinaloa.
El jefe militar indicó entonces que, tras la detención en Culiacán de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo”, se realizaron dos operaciones para apresar al supuesto jefe de seguridad del grupo criminal de las que logró evadirse y que no fue hasta la tarde del 22 de noviembre cuando finalmente lo capturaron.
“El Nini”, acusado de operar una de las redes de tráfico de drogas más mortíferas del mundo
Garland había anunciado que se estaba solicitando la “extradición rápida” de Pérez Salas a Estados Unidos donde es requerido por cargos de conspiración para importar y distribuir fentanilo.
Garland recordó que se habían anunciado cargos contra 23 líderes y miembros del Cártel de Sinaloa como parte de un enfoque “agresivo” para lograr la desarticulación y desmantelamiento de esa organización que es identificada como la responsable de una de las operaciones de tráfico de drogas más mortíferas y prolíficas del mundo.
De acuerdo con la acusación estadounidense, Pérez Salas dirigía un equipo de seguridad conocido como los Ninis —el mismo apodo que tenía él—, “un grupo especialmente violento de personal de seguridad de los Chapitos” que recibieron entrenamiento de tipo militar en múltiples áreas de combate, “incluyendo guerra urbana, armas y tácticas especiales y destreza como francotiradores”.
La palabra Nini se refiere a una forma coloquial de describir a los jóvenes que ni trabajan ni estudian.
Pérez Salas participó presuntamente en la tortura de un agente federal mexicano en 2017. Él y otras personas torturaron al hombre durante dos horas, introduciéndole un sacacorchos en los músculos, arrancándoselo y colocando chiles picantes en las heridas.
Según la acusación, este grupo estaba liderado por Pérez Salas y Jorge Figueroa Benítez y eran los artífices de todo tipo de actos de violencia. Solían llevar a los rivales a ranchos propiedad de “Los Chapitos”, en ocasiones para ejecutarlos. Otras veces esas personas servían de comida a los tigres que los Guzmán tenían como mascotas, agregaba el documento judicial.
La acusación también indicaba que mientras el Cártel de Sinaloa hacía algunas pruebas de laboratorio con sus drogas, los Ninis iban más allá y las probaban directamente en personas secuestradas o adictas a quienes les inyectaban el estupefaciente hasta que sufrían una sobredosis. El documento cita un caso de 2002 en el que una mujer murió por este motivo.
Las actas de acusación detallan cómo los hermanos, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, tras la extradición y condena de su padre en Estados Unidos en 2019, enfocaron la operación del cártel en drogas sintéticas como la metanfetamina y el fentanilo.
Asimismo, Pérez Salas fue señalado como el responsable de la operación que llevó a la ejecución de ocho personas, entre ellas un menor de 13 años, cuyos cuerpos fueron localizados en octubre en el poblado norteño de Tamazula, estado de Durango.
Al referirse a la captura de Pérez Salas, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, había afirmado que la detención demostró que “no hay relaciones de complicidad con nadie, no existe protección ni a la delincuencia organizada ni a la delincuencia del cuello blanco”.