El Gobierno de Joe Biden y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, en inglés), alcanzaron un acuerdo tras una larga batalla judicial en el caso de la separación de familias migrantes en la frontera con México por la Administración del expresidente Donald Trump.
El acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y más de 4 mil migrantes permite a las familias afectadas vivir y trabajar en Estados Unidos durante tres años mientras reciben vivienda, salud mental y asistencia legal para solicitar asilo.
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El acuerdo también prohíbe al gobierno federal separar a cualquier familia migrante que cruce la frontera durante ocho años, a menos que los padres sean considerados un peligro para sus hijos o para el público o que hayan ingresado previamente al país de manera ilegal más de dos veces.
El acuerdo entre la administración Biden y la Unión Americana de Libertades Civiles, asociación que representa a las familias separadas de sus hijos, aún debe ser aprobado por el juez; pero si se concreta, haría mucho más difícil para cualquier administración, revivir una de las tácticas más controvertidas para detener la inmigración en la frontera sur.
“Es nuestra intención hacer todo lo posible para asegurarnos de que la crueldad del pasado no se repita en el futuro. Hemos establecido procedimientos a través de este acuerdo para avanzar en ese esfuerzo”, dijo Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional a The Associated Press.