A ocho años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en Culiacán se realizó una protesta en el kiosco de Catedral, en la que se exigió justicia.
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Óscar Loza Ochoa, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de Sinaloa, cuestionó que con la liberación masiva de presuntos implicados en el caso, se dio un retroceso en la búsqueda de justicia.
“Ante las liberaciones masivas de acusados por el crimen de la ‘Noche de Iguala’ no se nos pierda de vista esto, el poder Ejecutivo busca jugar un papel nuevo ante Ayotzinapa, el poder Legislativo ha dispuesto legislación reciente sobre la materia de desapariciones forzadas, mientras el poder Judicial da un peligroso salto hacia atrás con la liberación en masa de presuntos responsables”, señaló.
“En medio de este tornado que agrieta el terreno donde está fincado el Estado mexicano no cabe duda, que falta mayor presencia de la ciudadanía en los asuntos públicos”.
Añadió que los tres poderes de la nación no han entendido los reclamos de la ciudadanía en torno al caso.
“Los tres poderes de la nación no han entendido la esencia de los reclamos democráticos de la ciudadanía, lo menos que merece es una profunda reforma constitucional y comparecer ante un nuevo concepto por los delitos cometidos en funciones de juzgador”, añadió.
“La reivindicación de ‘si vivos se los llevaron vivos los queremos’ y la exigencia de justicia plena no son meras consignas para la lucha en las calles, son dos pilares que sostienen una causa que trasciende nuestra generación y también al estado, no bajemos la guardia”.
Los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecieron la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Un reciente informe de la Comisión de la Verdad sobre el caso, dio a conocer como implicados en la llamada “Verdad Histórica”, a Jesús Murillo Karam, ex procurador General de la República; a Tomás Zerón, exdirector del CISEN, y como principales responsables de la desaparición de los normalistas al exalcalde Iguala, José Luis Abarca, así como militares y policías, en complicidad con integrantes de Guerreros Unidos.
El informe señala que los estudiantes ya no se encuentran con vida, sino que habrían sido asesinados esa misma noche.