Librado Bacasegua Elenes, presidente vitalicio de la asociación civil Consejo Supremo de Kobanaros y Pueblos Yoremes-Mayos de Sinaloa, fue acusado de usurpar ayer lunes la representación de gobernador tradicional de Lázaro Cárdenas para hablar ante el gobernador, Rubén Rocha Moya y a nombre de un pueblo que no representa para pedir la rehabilitación de un camino y la reconstrucción de viviendas.
Invitado por la administración municipal de Ahome, Bacasegua Elenes fue cobijado por el gobernador que pidió la elaboración de un proyecto para atender la demanda de “los hermanos indígenas”.
Antes, y como lo había anunciado una semana atrás el cobanaro de Ohuira, Felipe Montaño Valenzuela, Rocha Moya anunció que estaba por reunirse con los indígenas, aunque no precisó hora y lugar.
Los yoremes de Lázaro Cárdenas, Paredones, Ohuira y Juan José Ríos había rechazado reunirse con el gobernador en cualquier dependencia, pues señalaron que dos semanas atrás, Rodolfo Jiménez López, subsecretario de Gobierno, había amenazado a Felipe Montaño y había prometido operar la segregación de esos pueblos del gasto gubernamental si persistían en su oposición a la construcción de la planta de amoniaco en la bahía de Ohuira-Santa María-Topolobampo.
Rocha Moya, en su conferencia de prensa “la semanera” descartó las amenazas y calificó como “mentira” el posicionamiento de los yoremes.
Y este lunes, Librado Bacasegua, quien fue expulsado de la comunidad de Lázaro Cárdenas por señalamientos de traidor a los usos y costumbres yoremes, se asumió como cobanaro y se le dio credibilidad a sus gestiones verbales.
El clan de este promueve la instalación de la planta de amoniaco, apoyo que de acuerdo a sus detractores lo hace por el dinero que le paga la empresa Gas y Petroquímica de Occidente (GPO), fiduciaria del clan alemán Proman.