Entre llantos y exigencias de justicia, familiares, amigos y reporteros dieron este domingo el último adiós a Juan Carlos Muñiz Hernández, reportero de nota roja asesinado la tarde del viernes en la ciudad de Fresnillo, Zacatecas.

“Él siempre era reportero, cubríamos enfrentamientos, ejecutados y accidentes, a la par que andaba trabajando en su taxi”, dijo Ángel Martínez, reportero y amigo del periodista asesinado.

El sábado se llevó a cabo rl velorio de “Rigoberto” en la casa de su mamá y se realizó una misa en la iglesia de la Divina Providencia, posteriormente el cuerpo fue trasladado a Cantuna, su comunidad natal en el municipio vecino de San Alto, en donde fue sepultado.

Con pancartas con la leyenda: “No se mata la verdad matando periodistas”, reporteros, camarógrafos y fotógrafos de Fresnillo se congregaron en el atrio de la iglesia para exigir justicia para su compañero, quien dejó en la orfandad a cuatro hijos.

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El reportero del portal de noticias Testigo Minero, fue hallado con impactos de bala al interior del taxi 176 en la calle Ficus en la colonia Los Olivos, pues se desempeñada además como taxista para completar sus gastos.

Reporteros y comunicadores se concentraron la noche del sábado en las puertas de Palacio de Gobierno en la capital, exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador David Monreal, que el crimen no quede impune. 

El cortejo fúnebre estuvo acompañado por elementos de Protección Civil y Bomberos de Fresnillo ya que Carlos Muñiez se desempeñó como bombero de esa corporación.

“¿Por qué a ti mi chinito?”, reprochaba entre lágrimas su esposa mientras abrazaba juntos a sus hijos  el féretro; “me quitaron a mi hijo” decía su madre ahogada en el desconsuelo.

La Fiscalía de Justicia del Estado no ha dado conocer ningún avance en la investigación del asesinato del periodista.

(Con información de Proceso)