Luego de cinco años de investigaciones, la Fiscalía General de la República (FGR) concluyó que los sobornos que la constructora Odebrecht entregó en México, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, solo fueron transferidos a Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos (PEMEX), y a su familia.

Según cita el medio Animal Político, (que tuvo acceso al documento completo de la acusación final de la FGR presentada ante un juez en contra de Lozoya), gracias a dichos sobornos la empresa brasileña se vio beneficiada con un contrato que PEMEX le otorgó para realizar las obras de modernización de la refinería de Tula.

Previamente Emilio, había denunciado que el expresidente Peña Nieto y el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, lo habían utilizado ya que según esto el dinero se usó para sobornar a legisladores y agilizar la reforma energética.

La Fiscalía presentó 59 pruebas con las que confirma que Lozoya Austin y sus familiares fueron los reales beneficiarios de los sobornos.

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Incluso cita que con esa cantidad, el exdirector de PEMEX se compró una casa en Ixtapa Zihuatanejo.

Tras presentar la acusación final contra Lozoya, la FGR solicitó una pena que supera los 46 años de prisión por los delitos de lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho.

Además, se le solicita pagar una multa de 87 millones de pesos, un monto por reparación del daño de 6 millones de dólares, y perder cualquier derecho sobre el departamento en Ixtapa.

Asimismo los fiscales consideran que Gilda Susana Austin, madre de Lozoya, debe ser condenada a pasar 23 años de prisión y pagar 262 mil pesos de multa.