El 2018 fue el año en el que más Certificados de Promoción Fiscal del Estado de Sinaloa otorgó el Ayuntamiento de Mazatlán, fecha en la que el exalcalde Fernando Pucheta se separó del cargo para contender por la alcaldía, dejando en su lugar a Joel Boucieguez, alfil del exgobernador Quirino Ordaz Coppel.
A través de una solicitud de información pública, se pidió al Ayuntamiento de Mazatlán informar cuántos Ceprofies otorgó en los años 2018, 2019, 2020 y 2021, nombre de la empresa y el beneficio para el municipio.
Asimismo, el número de empleos temporales y permanentes que se generaron, monto de inversión y giro empresarial.
La Secretaría de Desarrollo Económico, Turismo y Pesca municipal informó que en estos cuatro años se otorgaron 84, siendo el 2018 el año que mayor número registró de certificados, con 31, así como la mayor cantidad de empleos permanentes generado (994).
La caída en la generación de empleos en 2020, el primer año de la pandemia, provocó que se otorgaran solo 12 Ceprofies, y se generaran 393 empleos permanentes y mil 630 eventuales, lo que contrastaría con los discursos oficiales que a nivel municipal y estatal ofrecían las autoridades en el sentido de que, pese al confinamiento, las obras no estaban detenidas y las inversiones no se habían contraído.
En 2021 los 19 Ceprofies otorgados generaron la cifra más alta de empleos eventuales (3 mil 628), mientras que los permanentes fueron 246 menos que en 2018.
En 2018, año en el que el gobierno municipal quedó en manos de Joel Boucieguez, y de acuerdo a la información de Sedectur, nueve empresas beneficiadas con Ceprofies invirtieron y contribuyeron con el desarrollo económico de Mazatlán, sin embargo generaron cero empleos permanentes y 870 eventuales.
En el listado de beneficiarios que entregó la dependencia municipal, se indica que en estos cuatro años, de los 84 Ceprofies otorgados a inversionistas, 54 están relacionados directamente con los giros Turístico, Turístico Inmobiliario, Inmobiliario-Condominios y uno Comercial-Servicios, y son menos las relacionadas con giros industriales y de vivienda, lo que explica el “boom” inmobiliario que han cacareado las autoridades desde el sexenio del exgobernador Quirino Ordaz Coppel.
No obstante, habrían pasado por alto velar por el bienestar y mejorar la calidad de vida de los mazatlecos, al fomentar las inversiones sin que se generen los empleos permanentes que indica la Ley de Fomento a la Inversión para el Desarrollo Económico.
Entonces, ¿quién ganó? Porque si bien las empresas cumplieron con el requisito del monto de inversión para obtener el beneficio, son los empleos permanentes los que, según información de la secretaría municipal, no se están generando.
Empresarios locales que prefieren no revelar su identidad por tener en proceso autorización de trámites estatales y municipales, cuestionan la falta de transparencia y del ente fiscalizador, y la observación del Congreso del Estado de Sinaloa para que se vigile más de cerca este tipo de prácticas, y sean cada vez más sectores de población la beneficiada con la derrama económica que representan estas inversiones, y no sean empresas que solo vienen a lucrar con la venta de inmuebles, y nunca más se les vuelva a ver en la ciudad.
¿Qué dice la Ley de Fomento a la Inversión para Desarrollo Económico de Sinaloa?
Establece en su artículo 25 que podrán ser sujetas de incentivos previstos por esta Ley, las actividades de las personas físicas o morales establecidas o por establecerse en la entidad, que cumplan con realizar una inversión cuyo monto deberá ser igual o superior al equivalente a 300 mil UDI’S (Unidades de Inversión, cuyo valor lo determina el Banco de México) y/o generen por lo menos 16 nuevos empleos permanentes.
Para el caso de empresas ya establecidas, los incentivos se aplicarán proporcionalmente sobre los nuevos empleos generados y/o sobre la nueva inversión generada, siempre y cuando no sean reposición de anteriores. Por inversión productiva no especulativa, será aquella que se determine conforme a las leyes de inversión.
Artículo publicado el 06 de febrero de 2022 en la edición 993 del semanario Ríodoce.
