La nueva dirigencia estatal debe ser resultado de una consulta amplia entre la militancia o en el consejo político estatal, dice el ex gobernador de Sinaloa

Las aguas al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) comienzan a moverse. La disputa por los restos del naufragio que dejó la pasada elección en Sinaloa comenzó y algunos cuadros del tricolor ya activaron su engranaje.

Luego de la repentina renuncia de Jesús Antonio Valdés Palazuelos a la dirigencia del Comité Directivo Estatal (CDE), ésta quedó a cargo por la secretaria general, Cinthia Valenzuela Langarica, electa diputada por la vía plurinominal.

La mañana del sábado 2 de octubre, Valenzuela Langarica explicó a medios que no existe estatuto o ley que le impida desempeñar ambas funciones y manifestó a reporteros y reporteras de la fuente que permanecerá al frente del partido a la par de sus labores legislativas.

Al lunes siguiente, el ex gobernador del estado, Jesús Alberto Aguilar Padilla, comenzó a dar declaraciones sobre un posible “albazo” desde el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido para designar al o a la sucesora en la dirigencia estatal y llamó a que sea la militancia la encargada de designarlo, ya sea a través del consejo político o de una encuesta, práctica nunca antes vista en Sinaloa para el tricolor.

“Hoy que no hay referentes ni a nivel nacional o estatal, los que decidan cuál es el destino del partido y desde luego impedir un ‘albazo’ de donde venga, sino que sea la militancia, ya sea una consulta abierta o que sea le consejo político estatal como órgano ‘deliberatorio’ de gobierno del partido los que decidan, en un amplio consenso, sin buscar culpables porque no están los tiempos en echarse la pelota para recriminar sino buscar consenso en congruencia de lo que el partido requiere y demanda”, dijo a este semanario.

El periodo por el cual fue designado Jesús Valdés vence en diciembre de 2022, sin embargo, luego de las declaraciones de Aguilar Padilla, el discurso de Cinthia Valenzuela cambió, señalando que “el rumbo del partido en el estado, se construirá de la mano con la militancia sinaloense”.

La ocupación del cargo por parte de la ex secretaria general Cinthia Valenzuela por el momento puede ser bueno, según explicó Aguilar Padilla, pero para comenzar la reconstrucción del partido a partir de sus bases y militancia, es necesaria esa especie de consulta.

“Han habido consultas pero es las menos de las veces, y bueno, ahora se requiere que el debate interno, la confrontación de ideas y se vuelque esa oportunidad del partido que es una fuente de riqueza y sobre todo los jóvenes, esos jóvenes de 20 a 40 años que tienen una visión distinta, que son la generación que nos va a suceder o que nos sucedió ya, pues que ellos sean los que decidan con apoyo de toda la militancia, cuál es el papel del partido, sobre todo que el partido retome las causas, que sea un partido de causas, que retome las banderas de los núcleos mayoritarios de la población”.

-¿Y a qué figuras, por ejemplo, se podrían impulsar para ocupar esa vacante que dejaría en la dirigencia estatal del PRI? Porque no es cargo menor.

-Sería caer en lo mismo si yo le digo a, b o c; que sea producto de ese mismo consenso, de esa misma consulta, de esa libre expresión de las corrientes, de los actores, de las organizaciones porque tenemos que tener muy claro que las élites y las natas de dirigencia han llevado y orientado al partido pero la militancia está ahí, esa que integra la gran masa de priistas está ahí y está divorciada de varias de las decisiones de arriba, cupulares, entonces vamos buscando que sea al revés, de abajo hacia arriba y que hayan consensos, acuerdos, y vamos para adelante.

En el pasado reciente el PRI perdió la gubernatura con Mario Zamora Gastélum como candidato, sin embargo, antes de iniciar la contienda, una parte de la militancia se manifestó justo el día en que se presentó como contendiente e incluso llegado a cerrar las puertas del auditorio Benito Juárez de la sede estatal del partido.

Pero la mañana del miércoles 6 de octubre en la Ciudad de México, Alejandro Moreno, líder del PRI en México tenía noticias, designando a Zamora Gastélum como secretario adjunto a la presidencia.

“También he decidido invitar a quien sin duda es un senador con arrojo, con compromiso, con trabajo político, con carácter, echado para adelante para también no solo comunicar las vocerías que tendrá el partido en esta relación clara, cercana que tendremos con nuestras bancadas” dijo Alejandro Moreno.

“Y será una parte fundamental en el proceso electoral que habremos de enfrentar en seis entidades federativas”, añadió.

Con esos movimientos en el partido, en menos de una semana la puesta en marcha de la sucesión en la dirigencia del PRI si bien no es oficial, comenzó. Y como adelantándose a lo que venía, Aguilar Padilla asegura que el PRI debe reconstruirse de abajo hacia arriba, con las bases, con la militancia y no con las viejas prácticas cupulares.

“Aquí el partido, el PRI, nace al revés, nace de arriba. El presidente Calles convoca a las fuerzas regionales y a los caciques que sobrevivían después de la revolución, y de la cúpula se forma el partido y fue un método que sirvió y fue eficaz en lo que llamaban el fiel de la balanza, el primer priista y que orientaba y se lograba el consenso. Ahora no tenemos ese referente, y aunque lo tuviéramos ya las cosas cambiaron, ya perdimos el poder, entonces vamos organizándonos porque la militancia está ahí, es un gran cúmulo de votos y de priistas que están ahí pero corremos en el partido el riesgo de caer al vacío si no aprovechamos esta oportunidad para que en Sinaloa los priistas sean los que decidan el futuro del PRI en Sinaloa”.

La última “reconstrucción” del partido ocurrió tras la victoria de Vicente Fox Quezada como presidente de la República. Jesús Aguilar rememora. Comenta que hubo que pasar 12 años para “recuperar” el poder. No hay prisa, pero hay que actuar ya, dice.

“Hay tiempo, poco a poco porque esto no va a dar de la noche a la mañana, de aquí al 2024 hay tiempo de reorganizar las fuerzas internamente para ir a reconquistar el poder, no es fácil hacer eso en 5 o 6 años, la otra vez nos llevó 12 años en recuperar el poder de la presidencia de la república, aquí 6 años, son lapsos más largos pero si no hacemos lo que la base y el espíritu de todos los priistas nos exige pues vamos a tardar más tiempo”.

-Yo no veo alguna figura de peso ahorita en el priismo, sin contar a los veteranos, a los de antaño, pues, pero…

Pero esos ya tenemos que hacernos a un lado.

-Sí…

-No busquemos de peso ni de renombre, busquemos a quien logre consensos, quien tenga perfil para hacerle frente a la realidad del partido, y puede ser algún cuadro que ni hemos escuchado hablar de él pero vamos a ir a ubicarlo y con el apoyo de todos puede encausar y reencausar la actividad del partido.

Al margen del consenso, las declaraciones sobre nuevos cuadros y la pugna, la historia entre el priismo sinaloense y Mario Zamora no ha sido la mejor en el pasado reciente. Apenas concluida la elección a la gubernatura, por sus propios medios impugnó el proceso mientras que la dirigencia de Cinthia Valenzuela y el actual secretario general en funciones, Sergio Jacobo, se desmarcaron de esa decisión, la cual tildó de “unilateral”.

“Ya tenemos que darle vuelta a la página, la elección ya terminó, ya pasó, ya se entregaron las constancias… ya se reconoció que el resultado no nos favoreció a nosotros, tenemos que darle la vuelta a la página y continuar en lo que nos corresponde”, dijo.

Y poco más de tres meses después la historia los vuelve a confrontar. La pugna por la dirigencia del PRI en Sinaloa comenzó. Desde México, Mario Zamora operando como secretario adjunto a la presidencia y en Sinaloa seguir con el desmarcaje de las decisiones del centro del país.

Artículo publicado el 10 de octubre de 2021 en la edición 976 del semanario Ríodoce.