Ganar el bulevar, tomar la esquina y gritar más fuerte: esa fue la guerra antes y después

El cruce de los bulevares Lola Beltrán y Rolando Arjona se volvió una fiesta con cientos de invitados en plena pandemia. Los asistentes, pegados unos con otros, sin sana distancia, bailan, cantan, ondean banderas y cargan imágenes de los candidatos.

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El crucero es un caos. Los carriles están invadidos por personas, los jingles de los candidatos suenan a todo volumen y los automovilistas tocan el claxon una y otra vez, unos en apoyo otros por molestia.

Son los simpatizantes del candidato de Morena-PAS, Rubén Rocha Moya; y el candidato del PRI-PRD-PAN, Mario Zamora Gastélum.

Aunque el debate estaba programado para las seis de la tarde, en la Universidad Autónoma de Occidente los simpatizantes llegaron desde mediodía. Conforme avanzaba la tarde llegaban más poco a poco.

Los grupos de Rocha Moya acapararon el espacio, estaban en los cuatro lados del crucero y colocaron al menos 20 bocinas. Los de Zamora Gastélum apenas ocupaban un espacio sobre el Rolando Arjona e instalaron un camión con templete y pantallla sobre el Lola Beltrán.

El movimiento naranja llegó tarde y ya no cupieron en el cruce, entonces se instalaron en la entrada principal a la UAdeO. Ahí pusieron espectaculares móviles con la imagen del candidato de Movimiento Ciudadano, Sergio Torres Félix.

Los de Fuerza por México, no pasaban de 50 personas, y solo encontraron lugar sobre el puente peatonal. Por las rendijas del barandal sacan y ondean las banderas rosas en apoyo a su candidata Rosa Elena Millán Bueno. De los otros candidatos no se veía presencia de simpatizantes.

Conforme se acerca la hora del debate el ánimo crece, se escuchan más gritos, hay más gente parada sobre los carriles. Las bocinas de Rocha impiden que se escuchen los jingles de Mario.

Los agentes de tránsito van y vienen por los cuatro lados del crucero moviendo a la gente para que pasen los vehículos que apenas pueden avanzar. Las patrullas de la Guardia Nacional y Policía Estatal Preventiva pasan una y otra vez a paso lento. El tráfico no avanza, llegar de la entrada del fraccionamiento Villas del Río a ese crucero toma casi media hora.

Quince minutos antes de que empiece el debate la circulación ya es imposible. Los simpatizantes tienen llenos los carriles del Lola Beltrán y los tránsitos deciden cerrar el paso de los vehículos.

“Ya llegó, ya está aquí, el que va sacar al PRI”, gritan los morenistas y pasistas. “Yo si le voy, le voy a Zamora, yo si le voy, le voy a Zamora”, responden los priistas, panistas y perredistas.

Los de Mario Zamora bailan frente a la pantalla que proyecta imágenes del candidato y poco a poco se les empiezan meter los morenistas. De repente hay más gente de Rocha ahí, entonces se dejan venir los priistas que estaban en otro punto y poco a poco hacen a un lado a los morenistas.

Cuando empieza el debate, en las bocinas de Rocha ponen el audio pero en las de Mario hay música y no deja escuchar. Uno de los morenistas toma un micrófono y pide que apaguen la música para escuchar el debate. “No venimos a una fiesta”, dice, pero la gente de Mario no cede y sigue la música y ellos bailando.

Pocos minutos después apagan el sonido de Mario, aunque luego la volvieron a encender y los de Morena vuelve a reclamar. Después apagan el sonido, y la pantalla no la vuelven a encender.

En el cruce se escucha el debate de los candidatos los primeros minutos. Todos estaban en silencio y atentos, pero por muy poco tiempo, porque luego empezaron a platicar y sentarse en las guarniciones del bulevar o acostarse en el camellón.

Los ánimos ya están calmados y del lado de los priistas se vuelven a encender. Gritan y se arremolinan sobre una camioneta que se abre paso por entre la gente. El copiloto baja el vidrio y saca una mano para saludar, y luego el cuerpo y se sienta sobre la ventanilla. Es Faustino Hernández, el candidato a la alcaldía.

Los priistas van detrás de la camioneta hasta que el candidato se baja y empieza a caminar a paso veloz hacia la calle de un costado de la UAdeO. Todos los priistas se van detrás de él y dejan todo el espacio del crucero a los morenistas. Retiran el camión con la pantalla y las bocinas.

Por la calle lateral de la universidad hay más priistas que reciben a Faustino con vítores y batucada. Se arremolinan para saludarlo y tomarse un foto. Lo cargan en hombros y lo mueven de un lado a otro.

Adentro el debate sigue. Afuera, en el lado de los morenistas llega una camioneta jalando una panga y una manta que proclama a Rocha ganador del debate. Los priistas siguen bailando con Faustino y la batucada.

Después de poco más de dos horas concluye el debate y los simpatizantes se mantienen a la espera de que salgan sus candidatos.

Mario llega con los seguidores que lo esperan por la calle Alegría y lo conducen hasta el parque de la colonia 4 de marzo donde agradece el apoyo y afirma que no se van a arrepentir de apoyarlo.

Rocha llega al cruce de Lola Beltrán y Rolando Arjona donde los recibe con batucada y sube a un templete desde el que da un mensaje de menos de dos minutos en que el agradece el apoyo, acusa que los otros candidatos solo fueron a atacarlo a él y a Héctor Melesio Cuen y pide que se vayan a descansar.

Los simpatizantes de los candidatos se retiran proclamando ganador a su candidato y las calles de las inmediaciones de la UAdeO son reabiertas y vuelven al tráfico normal. En las banquetas y camellones quedaron las bolsas con basura que estuvieron recogiendo en el transcurso de la tarde para no dejarla regada sobre la calle.