Con carácter de obligatorio, el gobierno de China estableció que las pruebas para detectar el virus SARS-CoV-2, causante de COVID-19, sean anales para todos los extranjeros que visiten el país, una medida que Japón y Estados Unidos calificaron de “humillante”.
Un empleado del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de Shanghái informó que la ciudad pide a ciertos viajeros extranjeros que se sometan a estas pruebas, publicó el Global Times y Proceso.
Entre ellos están los viajeros que provengan de países donde el virus está muy extendido o que al llegar den positivo. Los extranjeros deben someterse a las pruebas de hisopado anal, hisopado nasofaríngeo, análisis de sangre y esputo (secreción de nariz o garganta).
En Pekín, el personal médico recolecta las muestras nasales el tercer y séptimo día después de su arribo y a los 14 o 21 días después, y realiza además el hisopo anal, indicó Global Times.
El procedimiento consiste en empapar un hisopo de entre 3 y 5 centímetros de largo en una solución salina y se introduce en el ano de un paciente.
Según el médico de enfermedades respiratorias, Li Tongzeng, citado por el diario The Sun, es una prueba más precisa que otras para detectar la presencia del virus SARS-CoV-2.
El diario confirmó que Beijing ha usado esta prueba en pacientes en cuarentena para verificar si no están contagiados, porque los rastros del virus permanecen más tiempo en las heces fecales que en la nariz o en la garganta.
El gobierno japonés pidió al chino que deje de someter a sus ciudadanos viajeros a pruebas anales para detectar el COVID-19 porque les causa “angustia psicológica”.
El secretario jefe del gabinete de Japón, Katsunobu Kato, dijo que Beijing no ha respondido a la solicitud para cambiar la prueba, pues “algunos japoneses informaron a la embajada en China que se sometieron a pruebas de frotis anal, lo que les causó gran dolor psicológico.”
Además, aseguró que este tipo de prueba “no ha sido utilizada en ningún otro lugar del mundo.”
En días pasados, representantes de Estados Unidos en China hicieron una petición similar, según CNN. El portavoz de la cancillería china, Zhao Lijian, rechazó estas afirmaciones.
En febrero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China negó que hubiera requerido esta prueba a diplomáticos estadunidenses, como reportaron algunos medios de comunicación.
Sin embargo, se informó que las ciudades chinas de Beijing y Qingdao incluyeron, desde finales de enero, las pruebas anales de COVID-19 entre los requisitos para las personas procedentes del extranjero.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, Choi Young-Sam, comentó en días pasados que los visitantes sudcoreanos podían enviar muestras de heces “en lugar de que las autoridades chinas las tomen directamente.”
¿Hecho en China?
Esta prueba había sido empleada en Shanghái a principios de 2020 para autorizar las altas de pacientes que habían sido hospitalizados por COVID-19, informó el 29 de enero el diario estatal Global Times.
“Te quitas los pantalones, te recuestas sobre la cama y sientes cómo te introducen los hisopos de algodón en el ano dos veces y los giran. Lleva como 10 segundos en cada ocasión”, comentó al diario local Beijing News una persona a la que le aplicaron la prueba.
Sin embargo, no solo la aplicaron los chinos. En Galicia, al noroeste de España se ha aplicado a pacientes hospitalizados, a algunos recién nacidos y aquellos con enfermedades psiquiátricas a quienes era imposible hacerles pruebas PCR, informó Reuters citando al Departamento de Salud española.
“Las muestras fecales pueden ofrecer un material de prueba alternativo, especialmente en pacientes con síntomas gastrointestinales, pero tienen menos probabilidades de que las muestras respiratorias den positivo en la primera semana se síntomas”, señaló el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Christian Lindmeier, en un correo electrónico enviado a Reuters.