Es un pequeño arroyo. Donde colindan las colonias Ignacio Allende y Villa Universidad el agua fluye constante y sucia, mal oliente. Los vecinos explican que ya no lo toleran más. Las fiestas navideñas y de fin de año lo pasaron en la pestilencia.

Sobre la calle Platón una cloaca es desbordada por el constante flujo de aguas negras. “Es pura cagada, oiga, así como lo oye, pura cagada”, se queja uno de los vecinos de la Ignacio Allende.

Explica que el problema tiene al menos 10 años. Han ido y venido al Ayuntamiento y a la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (JAPAC) pero que el problema solo lo solucionan momentáneamente.

Durante todo 2020, desde el mes de marzo, el agua no ha dejado de correr. “Apenas lo destapan unas horas, viene una máquina a limpiar según y ya”, explica el vecino. “Pero luego el agua vuelve a correr, pura cagada”, añade.

El flujo del agua corre calles abajo. Parte desde las alcantarillas sobre la calle Platón en el entronque con calzada de las Américas para seguir su curso sobre Guadalupe Rojo y descargar en una de las rejillas del arroyo del Piojo sobre el bulevar Antonio Castro Leal.

En redes sociales el alcalde Jesús Estrada Ferreiro atendió un problema similar. Una denuncia de una usuaria de Twitter fue atendida en la avenida México 68 en donde trabajan en la reparación de una fuga.

Pero los vecinos de la colonia Ignacio Allende no han sido atendidos, dicen. El problema persiste y no es de ayer. Y mientras la autoridad les soluciona, la pestilencia de las aguas negras sigue.