El testimonio de un joven doctor que combate el coronavirus

Han pasado más de 10 meses desde que la pandemia llegó a Sinaloa. Jorge Jacobo no lleva el conteo de días a la perfección, sólo recuerda que en abril comenzó su batalla. El miedo se ha vuelto parte de la rutina. El miedo ahora forma parte de lo cotidiano.

Su consultorio está a un costado del mercado municipal en Navolato. Ha atendido a casi 300 pacientes por padecimientos relacionados con el coronavirus. “Llevo 279 para ser exactos”, acota el joven médico.

“Gracias a Dios, a las ganas del estudio se ve el resultado, me va bien con mis pacientes porque se les da un buen diagnóstico y un buen tratamiento”, explica vía telefónica.

Para acceder a la entrevista hizo una pausa en sus consultas. Durante ese tiempo el consultorio era desinfectado, las sábanas cambiadas, todo. Recién trató a un paciente por COVID-19.

Platica un poco sobre su ritual diario. Salir de su casa y llegar al consultorio, es algo de la nueva normalidad. Pero durante la consulta los cuidados se incrementan.

“Me da miedo pero a la vez me siento seguro porque sé que lo que hago lo hago por mi familia, vivo con mis papás y hermanos, tenía miedo y la pensaba en trabajar por la cuestión que ellos se enfermaran”, dice.

Hace poco más de un año que egresó de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) como médico general. Y su vocación lo ha puesto en medio de la pandemia.

En Sinaloa, hasta el lunes 27 de este mes, más de 5 mil trabajadores médicos han sido contagiados por el virus SARS-CoV-2, de los cuales mil 375 son doctores y 36 de ellos han fallecido.

Sin embargo esa estadística no atemoriza a Jorge. Su temor es mover al virus, llevarlo a su casa con sus padres y sus seres queridos.

“El miedo es grande, muchos compañeros no están trabajando ahorita por miedo a enfermar a sus padres, imagina, me enfermo yo, mi mamá y mi papá, es feo el estar aquí en contacto con los pacientes sabiendo ese riesgo”.

Actualmente en su pequeño consultorio ve en promedio a 50 pacientes diarios por diversos problemas. La reconversión hospitalaria y la suspensión de algunos servicios médicos han obligado a usuarios a acudir al sector privado y en el caso de Jorge Jacobo, su fama de tratar exitosamente pacientes por el coronavirus ha significado mayor trabajo.

Lleva un conteo en sus redes sociales. El paciente, una vez recuperado, posa para la cámara con el dedo pulgar levantado junto al joven médico. Explica que de ninguna manera los atiende por teléfono, son todos casos que han podido acudir a su consultorio porque no han presentado síntomas graves hasta antes de la consulta.

“Al paciente que vi ahorita traía una radiografía”, comenta. A algunos les hace estudios de sangre, tomografía, etcétera, pero son costos y muchos no pueden costearlos.

“A veces el diagnóstico es claro, un paciente que te dice que no respira bien, que tiene fiebre, que le duele la cabeza, que no tiene hambre, te está gritando que tiene COVID”, añade.

Y gracias a la atención oportuna, de abril a la fecha Jorge ha atendido a casi 300 casos de coronavirus y todos de éxito. Sin embargo el panorama no es igual en todo el municipio.

Del 27 de febrero al 27 de diciembre en Sinaloa se han confirmado 26 mil 408 casos de COVID-19 y 4 mil 184 defunciones provocadas por el virus. Navolato es uno de los municipios más golpeados, y hasta el lunes 27 acumulaba 784 casos y 139 muertes.

Pero la cifra puede ser inexacta. Los casos dados a conocer por la Secretaría de Salud corresponden únicamente a hospitales públicos y centros de salud, no así las de todas las clínicas privadas o consultorios particulares como el que atiende Jorge y su equipo.

“Yo siento como que más intensa la pandemia porque la gente nota que trato pacientes por COVID y esa gente recomienda a otra gente y eso hace que yo sienta como que no ha bajado porque diario diagnostico tres pacientes”, explica Jorge.

“Ayer (martes 29), por ejemplo, fueron tres y antier cuatro, incluso gente que viene de Tijuana”, añade.

Ese día martes, la Secretaría de Salud reportó en su informe diario 88 nuevos casos y ninguno para Navolato. Solamente cinco pacientes activos por el virus pero ningún nuevo contagio.

Pero los pacientes siguen desfilando por consultorios como el de Jorge. En Navolato, la movilidad prácticamente volvió a la normalidad. La gente por los mercados, en plazas públicas, incluso el alcalde Eliazar Gutiérrez Angulo llevando a cabo eventos como entrega de despensa a personas en colonias populares y comunidades del municipio.

Además, la interconectividad con Culiacán es estrecha. A diario personas viajan entre los municipios y aunque se reporta una baja en la incidencia de nuevos casos, las cifras son sospechosas desde los primeros casos.

“Imagina, todos los días convivir tanto en el consultorio como afuera, porque muchas veces se diagnostica un paciente y trabaja dando boletos por ejemplo en la central camionera y en el trabajo le dicen que no se puede aislar porque tiene que seguir trabajando, imagina”, cuestiona el médico.

Navolato tuvo una crisis considerable por la pandemia a fines de marzo y principios de abril y otra vez durante julio. La movilidad de diciembre preocupa otra vez al gremio médico en todo el estado, y Navolato puede ser un ejemplo de que los casos no van tanto a la baja como presume el

gobernador Quirino Ordaz Coppel, y que el cerco levantado para evitar la propagación del virus tal vez no es tan efectivo como suponen.

Y mientras el conteo sigue o se interrumpe, consultorios privados son los que atienden de manera más inmediata a pacientes, tanto sospechosos de coronavirus como de otras enfermedades, convirtiendo al miedo de enfermar en algo cotidiano