En México, 21 millones de asintomáticos propagaron el COVID-19

ASINTOMÁTICOS. Contagios masivos.

En México la infección por el virus SARS-Cov-2 tuvo “una gran velocidad de propagación”, principalmente porque más de 21 millones de personas se infectaron pero no presentaron síntomas, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) COVID-19.

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Juan Rivera Dommarco, director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), quien presentó el 15 de diciembre los resultados preliminares de la Encuesta, –que tiene un avance del 74 por ciento–, dijo que el total de infectados llegaría a los 31 millones (25 por ciento de la población), de los cuales sólo el 20 por ciento, es decir 6 millones 200 mil personas presentaron síntomas.

“Y esto es verdaderamente importante. Fíjense, de todas las personas que fueron positivas el 70 por ciento nunca tuvo síntomas, durante todo el periodo, desde febrero, finales de febrero hasta la fecha de la encuesta, no tuvieron síntomas. El 10 por ciento tuvieron algunos síntomas, pero no todos los que se requieren para hacer una definición de caso compatible con COVID-19, pero imagínense ustedes, 80 por ciento casi sin síntomas”, resaltó.

“¿Qué quiere decir esto? Que muchísima gente, a lo mejor muchos de los que estamos aquí somos asintomáticos y que por lo tanto podemos estar transmitiendo la enfermedad sin darnos cuenta”.

Pero los asintomáticos a los que se refiere Rivera Dommarco, no podrían haber sido detectados en el Modelo Centinela, –utilizado principalmente durante la fase 1 y 2 de la pandemia–, porque las pruebas muestrales realizadas para estimar el sitio y la cantidad de personas con posibilidades de contraer el virus, se centró en pacientes con síntomas leves que acudieron a las unidades médicas, así como en sus contactos más cercanos.

Tampoco podrían haber sido localizados a través de las pruebas COVID-19 aplicadas, debido a que hasta el jueves 17 de diciembre, en el país se habían realizado poco más de 3 millones 300 mil pruebas. La cifra apenas habría permitido confirmar al 10.8 por ciento del total de infectados reportados por la ENSANUT.

“Este 25 por ciento de positivos representa alrededor de 31 millones de personas y muestra una gran velocidad de propagación y también que una gran proporción no presentan síntomas”, concluyó Rivera Dommarco.

Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, mencionó que no se ha probado “la capacidad de transmitir” la infección por parte de las personas asintomáticas. “No se conoce con certidumbre cuál es la contribución de las personas asintomáticas en la propagación del virus”.

 

Pruebas y más pruebas instó la OMS

En marzo, cuando la pandemia apenas iniciaba en México, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó a los países afectados, que todos los casos sospechosos de coronavirus, incluidos aquellos que presentaran síntomas leves, debían ser sometidos a pruebas de diagnóstico para que los positivos fueran aislados y romper la cadena de contagio.

“Hemos visto la aplicación de medidas como el distanciamiento social, con el cierre de escuelas y la cancelación de eventos y reuniones, pero no hemos visto un aumento urgente en las pruebas, el aislamiento y el rastreo de contactos”, dijo.

Las pruebas, añadió, debían incluir a todas las personas que tuvieron un contacto cercano con el caso positivo hasta dos días antes de presentar síntomas. En México no está claro si el procedimiento se siguió.

En ese entonces la secretaría de Salud Federal reportaba alrededor de 160 casos, pero las cifras que ha ido actualizando la Dirección General de Epidemiología con la información reportada por hospitales estatales, revela que la cifra de contagios superaba los 1 mil 600 casos.

Unas semanas más tarde, en abril, cuando seguía la controversia sobre la necesidad o no de realizar un mayor número de pruebas para detectar y aislar casos en el país, López-Gatell defendió el modelo Centinela. Dijo que era el más conveniente porque permitía obtener datos más precisos y en un menor plazo.

“No se puede medir a todos los mexicanos, es materialmente imposible”, afirmó en una entrevista con la BBC.

Ese mismo mes, el 21 de abril, inició la fase tres de la pandemia, cuando los contagios fueron comunitarios, el modelo Centinela continúo pero ya no era prioritario para medir la pandemia. En adelante la vigilancia se haría a través de las 26 mil unidades médicas del país. Las pruebas para detectar casos no tuvieron un aumento notable.

Para junio, cuando comenzó la reanudación paulatina de actividades con base en el semáforo de riesgo, con la llamada “nueva normalidad”, después de un periodo de confinamiento de tres meses, Jean-Marc Gabastou, asesor en Emergencias de Salud de la OMS, reiteró el llamado a México para que aumentara la capacidad diagnóstica y que cada caso sospechoso pudiera tener una muestra.

“Ahí sí tenemos que detectar de manera inmediata la emergencia de cualquier sospecha de caso para evitar que esta chispa local se transforme en un incendio y emergencia de la enfermedad”, señaló.

Pero la “chispa” sí se convirtió en incendio, y durante el periodo de la “nueva normalidad” se han registrado más del 85 por ciento del total de casos contabilizados hasta la semana 49 (29 de noviembre al 5 de diciembre).

El sitio Wordometers señala que en México se han realizado 25 mil 482 pruebas por cada millón de habitantes, lo que lo ubica en el lugar número 159 entre 220 países donde está presente el virus SARS-Cov-2.

Y mientras México vive la segunda ola de contagios, con un pico que podría superar los 60 mil casos en la semana 49, la cifra más alta en 10 meses de pandemia, la ENSANUT COVID-19, -que se realizó entre el mes de agosto y el 15 de noviembre en 12 mil viviendas de todo el país, y consistió en la realización de un test y aplicación de pruebas Elecsys para detectar anticuerpos al virus SARS-Cov-2 entre la población-, señaló que hay además 100 millones de personas que no tienen inmunidad contra la infección y están en riesgo latente de un contagio.

“El 75 por ciento de los mexicanos no tenemos inmunidad contra COVID, es un porcentaje altísimo, son casi 100 millones de personas; de modo que no debemos descuidarnos, no debemos bajar la guardia, no porque venga la vacuna yo ya siento que puedo salir y puedo dejar de seguir todas las medidas precautorias para evitar el contagio, la gran mayoría estamos totalmente vulnerables a la infección”, puntualizó Juan Rivera Dommarco.

A esa población, añadió, se suma el 25 por ciento restante, que aún cuando dio positivo puede volver a reinfectarse.

Artículo publicado el 20 de septiembre de 2020 en la edición 934 del semanario Ríodoce.

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