En los inicios de la pandemia, en Sinaloa los contagios de Covid-19 se concentraban en la capital con el 39 por ciento. El resto estuvo distribuido sobre todo en Ahome, Guasave, Mazatlán, y Navolato en menor escala.

Recién declarada la fase tres, catalogada como de máximo contagio, en el estado fallecían en promedio 11 personas diariamente. Y después de dos meses de cifras alarmantes comenzó la desaceleración; sin embargo, esta no es como el gobernador Quirino Ordaz Coppel y el secretario de Salud, Efrén Encinas Torres, manifiestan.

En tres semanas de octubre, si bien las cifras están por debajo de lo que deja septiembre, los números superan a mayo. Actualmente en promedio surgen 75 nuevos contagios y fallecen 15 personas según los datos de la Secretaría de Salud.

Sin embargo, estos no están distribuidos en cinco o más municipios. Casi el 50 por ciento están concentrados en la capital. Es decir, la desaceleración sí es a nivel estado excepto en Culiacán, en donde el ritmo parece no bajar.

Como comparativo se toma a partir del 30 de abril, fecha en que las ciudades más grandes salieron a la calle a llenar pastelerías y pizzerías. Luego, el 15 de mayo, eventos similares. El precio se pagó con un mes de junio que dejó en promedio 175 contagios diarios y 28 decesos.

Una semana después de inaugurada la Liga Mexicana del Pacífico, los números comienzan a brincar otra vez. Sobre todo en Culiacán, ciudad que concentra la mayor cantidad de habitantes en el estado y casa de Tomateros, cuyo estadio alberga al 40 por ciento de su capacidad total.

Eso, dicho en otras palabras, son 8 mil aficionados. Casi todos mayores de edad y una mayoría consumidora de bebidas alcohólicas. Y por eso las filas de gente otra vez y seis días más tarde hospitales creciendo en su capacidad.

La última vez que se registraron cifras arriba de 80 casos diarios en Sinaloa fue el 25 de septiembre, a partir de entonces vino la desaceleración paulatina: 78 casos, luego 74, al día siguiente 79 pero siempre menor a 80, hasta que en octubre incluso se bajó a 63 el domingo 4, cifra más baja desde el 12 de mayo.

Antes del 16 de octubre el estado tenía un promedio diario de 71 nuevos casos de Covid-19 durante el mes y en los siguientes seis días sube a 84. Culiacán es donde más se ve reflejada la cifra con un promedio antes de la inauguración de la LMP de 31 a 41 pacientes diarios seis días más tarde.

Sin embargo el rebrote aún no es tal según autoridades. El viernes 23 en el homenaje por el Día del Médico, Efrén Encinas admitió un ligero repunte pero rechazó que esto signifique un rebrote como tal.

“No es un rebrote como tal, hemos tenido no un impacto fuerte, han sido algunos números que oscilan entre 70, 80, 90 pero yo recalco que la capacidad de respuesta hospitalaria sigue siendo muy buena porque estamos alrededor de un 20-25 por ciento de ocupación y eso resalta bien la capacidad resolutiva que tiene el estado; señalo también que los fallecimientos tienden a bajar y ese es un indicador muy bueno y ojalá así sigamos”, dijo.

Sin embargo esta capacidad que menciona abarca todo el estado; si se limita a la capital, no es tanta. En Culiacán con corte al viernes 23 la capacidad hospitalaria es del 46 por ciento, es decir, hay 239 pacientes internados en las 519 camas Covid-19 habilitadas.

Para mostrar una fotografía más amplia, en Sinaloa se han habilitado al corte mil 417 camas de las cuales 402 están ocupadas por un paciente con coronavirus o sospecha del mismo, y Culiacán alberga casi al 60 por ciento de ellos.

Y lo que faltaría para completar un rebrote como tal sería el incremento de casos también para Ahome, Guasave, Mazatlán y Navolato.

Las muertes que aún no se cuentan

Tanto el gobernador Ordaz Coppel como el secretario Encinas Torres manifestaron que ya no fallece tanta gente por el coronavirus. Sin embargo aún no se puede concluir eso. Las cifras de la Secretaría de Salud tienen constantemente desfases.

Octubre sigue contabilizando decesos incluso de julio, mes que dejaría en promedio 29 muertes diarias.

Tan sólo el 5 de octubre se reportaron 15 muertes, distribuidas una en Mocorito con fecha del 27 de julio en el Hospital General de Culiacán, y en Culiacán se registran siete, cuatro de ellos de la primera mitad de julio y el resto de la primera quincena de agosto. Los decesos se han ido administrando.

Estos indicativos han servido para mantener a Sinaloa en color amarillo en el semáforo epidemiológico. El gobernador así lo manifestó, insistiendo en que los casos sí van a la baja aunque las cifras sean otras.

Y aunque a principios de septiembre autoridades, tanto a nivel federal como estatal, no descartaron la posibilidad de un rebrote de casos a finales de octubre y principios de noviembre en Sinaloa, esta, según la reapertura de todos los sectores, aún no llega.

El héroe olvidado

No hubo festejo del Día del Médico. Solo un pequeño homenaje. Más funcionarios que médicos pero todos distribuidos alrededor de una especie de rotonda con imágenes de médicos fallecidos durante el ejercicio de su labor en la pandemia.

Y la Secretaría de Salud se esmeró. Un video con fondo musical mostrando los rostros de médicos circuló en las redes sociales gubernamentales. Pero en la ceremonia y en el video omitieron un rostro, un nombre: José Ernesto Bacasegua Leyva.

Después de convalecer más de cuatro semanas, Bacasegua Leyva falleció en el Hospital General de Culiacán el 29 de julio. Su familia acusó abandono por parte de las autoridades de salud y la tarde del viernes 23, después del festejo, su esposa escribió una carta que compartió con medios de comunicación.

“Si el sector salud no te reconoce, nosotros sí”, la titula Edia Guadalupe Soto Rodríguez, esposa del médico de 33 años.

En la carta reclama la omisión de la imagen de su fallecido esposo y la comparte con un fotomontaje de la fotografía con los rostros de los médicos fallecidos en donde añade la de José Ernesto.

Artículo publicado el 25 de octubre de 2020 en la edición 926 del semanario Ríodoce.