Cine: ‘Pienso en el final’

Pienso en el final-cine

En apariencia, la premisa de Pienso en el final (I’m Thinking of Ending Things/EU/2020) suena sencilla, pero algo seguro y cierto de la nueva película de Charlie Kaufman, producida por Netflix y disponible en su plataforma, es que se trata de una abstracta, densa y compleja, que podría requerir de más de una lectura para una comprensión más precisa.

En la cinta escrita por el propio realizador, basado en la novela de Iain Reid, nada es lo que parece. Por encima está un noviazgo de pocas semanas que intenta acomodarse, o una pareja que lo mismo busca entenderse que terminar con su vínculo. Al final, solo pretextos para exponer un producto existencial, psicológico, cargado de metáforas, simbolismos, referencias a películas y musicales.

En la trama, en medio de una fuerte tormenta de nieve, el viaje de una pareja (Jesse Plemons y Jessie Buckley) para conocer a los padres de él (Toni Collette y David Thewlis), ocasiona pláticas, discusiones y reflexiones que los lleva a reconsiderar su relación y lo que cada uno quiere para su vida.

Estamos ante recuerdos y memorias de deseos, anhelos, sueños; de una historia impregnada de soledad, inseguridad, imposibilidad, traumas y frustraciones; de un recorrido surreal, onírico, que muestra espacios y personajes que cambian de aspecto sin ninguna explicación –lugares y objetos en buen estado y personas jóvenes, de repente, se ven en deterioro y envejecidos y de nuevo como al principio. Algunas de las situaciones, secuencias y escenas son mostradas sin conexión explícita; con el mismo rostro, la novia en cuestión cambia de ropa, nombre y profesión (poeta, pintora, académica o mesera); los padres por momentos son graciosos, delirantes, atentos y fuertes, y en otros apáticos, distraídos, divagantes y enfermos; se cree que la trama gira en torno a alguien y resulta que no.

En un formato de imagen cuadrada, reducida, que nos invita a entender más lo encerrado y limitado del protagonista, Pienso en el final cuenta con actuaciones dignas de cualquier premio. Tanto Plemons como Buckley son extraordinarios en ese ir y venir de emociones, en sus profundas discusiones y debates de películas, poesías, musicales y textos académicos. Thewlis no está nada mal como ese divertido y excéntrico papá, pero es Collette quien entrega una interpretación magistral con sus gestos, manías, distracciones, intentos de ser empática y hacer cómo si todo está bien, cuando, evidentemente, no es así.

Hay que tomar en cuenta los trabajos previos del realizador, tanto en su rol de guionista, en el que tiene más experiencia, como en el de director. Kaufman escribió ¿Quieres ser John Malkovich? (1999), El ladrón de orquídeas (2002), ambas de Spike Jonze (Donde viven los monstruos, 2009; Ella, 2013) y Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004), de Michel Gondry (La ciencia del sueño, 2006; Human Nature, 2001, también con guion de Kaufman), y dirigió Anomalisa (2015) que se caracterizan por estar alejadas de lo habitual: son rebuscadas, profundas, diferentes a la mayoría y propician que el espectador se enfrente a ellas de manera activa, por lo que si se quieren (medianamente) entender, no se puede evitar el pensar, reflexionar y analizar. No se la pierda… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 13 de septiembre de 2020 en la edición 920 del semanario Ríodoce.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email
  • 00
  • Dias de Impunidad
RÍODOCE EDICIÓN 1108
GALERÍA
Policías jubilados y viudas de policías se manifestaron en palacio de gobierno, piden la homologación de sueldos y el pago justo a las viudas.
COLUMNAS
OPINIÓN
El Ñacas y el Tacuachi
BOLETÍN NOTICIOSO

Ingresa tu correo electrónico para recibir las noticias al momento de nuestro portal.

cine

DEPORTES

Desaparecidos

2021 © RIODOCE
Todos los derechos Reservados.