Covid-19, el papel de los gobiernos locales

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El tamaño del problema del Covid-19 en todo el mundo es de dimensiones gigantescas tanto de salud como financiero. En México estamos en momentos en que los contagios se están propagando aceleradamente y el número de fallecidos esta creciendo en todo el país.

Todos los gobiernos del orbe están desesperadamente buscando proveedores de equipo sanitario, los presidentes de gobiernos o primeros ministros han establecido comunicación directa con los gobiernos de los principales países fabricantes como China, Alemania y Estados Unidos, pidiéndoles su intervención a fin de que se les suministre el equipo sanitario que requieren con urgencia.

China está aprovechando tal circunstancia y está reconvirtiendo tecnología de plantas industriales tradicionales hoy paralizadas por no contar con pedidos en el mercado internacional, para ahora fabricar a un ritmo intenso equipo sanitario, movilizándolo inmediatamente por transporte aéreo a los países demandantes, un gran negocio que a principios de año era impensable y que mucho le servirá para compensar la caída del comercio internacional que ha estado registrando en muchos otros bienes y que en el primer trimestre del presente año le significó una caída del 6.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Esta pandemia solo generará tranquilidad cuando los centros científicos de la salud hayan logrado crear un tratamiento que en principio logre desterrar del organismo el virus y el paciente recupere su salud; luego la solución definitiva será cuando se descubra una vacuna. En tanto esto no suceda, la pandemia se podrá acotar, pero con gran riesgo de que pueda estar repuntando, lo que hará muy difícil regresar a la normalidad y el costo por la parálisis de muchas actividades económicas terminará por colapsar la capacidad financiera del sector público y generar grandes complicaciones de carácter social.

Me inclino por creer que tendremos una caída muy pronunciada de la economía mexicana, como la tendrán muchos otros países, pero que al mismo tiempo y una vez que se haya eliminado el riesgo sanitario, las actividades económicas podrán regresar a la normalidad en poco tiempo.

Tomar en cuenta que lo que ahora estamos viviendo es la suspensión de muchas actividades económicas, las cortinas de muchos negocios se han bajado, pero las empresas no han desaparecido, no se ha destruido la infraestructura y el equipamiento con que opera, el recurso humano, aunque se haya dado de baja, deberá estar disponible para reincorporarlo. El conocimiento y las habilidades del emprendedor y sus trabajadores para gestionar una unidad productiva no se olvidan, la logística para la movilidad de los bienes está ahí, no se han destruido, los vínculos con la cadena de producción se liberaran de nuevo, no hay que realizar grandes inversiones para reconstruir carreteras, puentes, telecomunicaciones, puertos, escuelas, hospitales, etc.

Lo que sí van a necesitar las unidades productivas para reactivarse es mucha disponibilidad de liquidez, mucho financiamiento en condiciones benignas. Se va requerir un gran Plan Marshall de financiamiento, pero no para reconstruir nada, pues nada se ha destruido, sino para reactivar la capacidad productiva que está en suspenso, para levantar la energía de la población que está ahora, sin su consentimiento, ociosa.

En México, esta reactivación podrá ser más fácil de sobrellevar considerando que el universo de la población que antes estaba totalmente desprovista de un ingreso, ahora sí cuenta con un dinero que se canaliza vía los programas sociales del gobierno federal, y que mucho servirá para reactivar el consumo. El 40 por ciento de la población tiene una renta mensual asegurada; alrededor de 26 mil millones de pesos en promedio mensual se dispersan en apoyo a familias que viven en condiciones de precariedad económica.

En la actual situación de crisis sanitaria y financiera, los gobiernos locales están ante el gran reto de ser partícipes determinantes para apoyar al gobierno federal en el gran esfuerzo que ahora está haciendo para evitar daños mayúsculos, que la situación se desborde y salga de control. La clave es que los lineamientos y recursos que reciben de la federación se operen con eficacia; el actuar responsable de ellos será definitivo para que la pandemia se ataje pronto y con daños menores. Cada región del país tiene particularidades que debe tomarse en cuenta para que los lineamientos centrales se puedan adaptar y ser exitosos.

Los gobiernos locales conociendo su entorno, deben hacerse presentes con decisiones responsables y a la altura de la problemática. Imaginar e implementar acciones que puedan complementar lo que no se ha atendido o se ha atendido parcialmente desde el gobierno federal, lo cual será muy apreciado por la sociedad y el personal que labora en los hospitales.

Una valiosa iniciativa del gobierno local sería la de resguardar al recurso humano que se encuentra laborando en los hospitales que atienden a pacientes del Covid-19, en hoteles ubicados en la misma región donde están laborando; evitar que contagien a la familia es de lo más responsable y delicado.

Los hoteles se encuentran vacíos y lo seguirán mientras se mantengan focos de contagio en cada región o se conserve el período de confinamiento. Los gobiernos locales deben hacer un llamado para que los dueños de los hoteles pongan a disposición los cuartos que se requieran.

Los hoteleros deben dar muestras de solidaridad y apoyo, el gobierno del estado limitarse a cubrir solo los costos de operación por el período que sea necesario. No olvidar que ante una emergencia nacional el estado nacional tiene facultades de intervenirlos y ponerlos a disposición de la causa. La Ley General de Salud en sus artículos 181, 183 y 184, da facultades al Ejecutivo Federal para intervenirlos en caso de emergencia sanitaria.

Costear esta acción a un gobierno estatal no debería ser una imposibilidad si en estos momentos de emergencia ajusta su gasto en áreas que no son urgentes y reasigna partidas en conceptos de menor relevancia que quedaron aprobadas en el proyecto de presupuesto de egresos para el 2020.

En la generación de alternativas para reactivar la economía, los gobiernos locales tienen también la responsabilidad de participar. En Sinaloa con la unión de esfuerzos del gobierno del estado y del congreso mucho se puede hacer para complementar los recursos y esfuerzos que se están haciendo desde el gobierno federal.

Manteniendo la idea de que en la reactivación de las actividades productivas será determinante que las unidades empresariales cuenten con financiamiento, una acción de gran relevancia sería que el congreso del estado autorice a gobierno del estado contratar una línea de crédito de hasta 3 mil millones de pesos, para crear un fondo de financiamiento para las Mipymes, para liquidarse en 5 años. Haciendo un llamado para que todos los bancos que operan en Sinaloa participen conformando un “crédito sindicado”, quedando en garantía las participaciones que el estado recibe de la federación. El importe del crédito se irá pagando con las amortizaciones que cada crédito individualizado vaya realizando mes por mes. Es un crédito que no debe ser una carga para las finanzas públicas, será recuperable, el gobierno del estado no quedará endeudado y los contribuyentes de Sinaloa no cargaremos con el pago.

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