La tradición mexicana todos la conocen. Surgió en 1531, y a la fecha, cada 12 de diciembre feligreses de todo el país festejan a la Virgen de Guadalupe. En Culiacán, la procesión comienza en las colonias populares y en poblados, incluso, de municipios vecinos como Navolato y Angostura.

Desde las 21:00 horas del 11 de diciembre comienzan su camino hacia La Lomita. Caminan sobre la avenida Álvaro Obregón para llegar a tiempo a Las mañanitas a la media noche. Son una veintena de feligreses de la 6 de Enero y colonias vecinas. Marchan de norte a sur sobre la principal calle.

Por la carretera a Culiacancito, al norponiente, otro contingente marcha. Caminan detrás de un carro alegórico al son de la tambora. También van al festejo. La imagen se repite por calles importantes de Culiacán.

Al sur sobre la Obregón ya las calles están cerradas desde la noche del 11 de diciembre. Ahí diferentes puestos de comercio, que van desde souvenires, comida, veladoras y cualquier cantidad de artículos se ofrecen a los creyentes.

Autoridades municipales implementaron un operativo con 235 elementos de las diferentes corporaciones de seguridad. Parte del operativo fue la creación de un circuito mediante el cual guiaban el flujo de transeúntes hacia la iglesia: las escaleras para subir y la prolongación Álvaro Obregón, a un costado del templo, para bajar.

La elevación de más de 40 metros de la escalinata de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe es la entrada exclusiva al templo. Feligreses las suben a diferentes ritmos para celebrar el 488 Aniversario de la ascensión de la Virgen Morena.

Y el festejo se prolonga. Desde la noche de ayer miércoles y hasta la medianoche de hoy, miles de creyentes desfilan al lugar, que año con año celebra un festejo arraigado en prácticamente todo el país.

Algunos acuden para cumplir una manda, subiendo las escalinatas de rodillas, otros caminan descalzos. En el interior del tempo de La Lomita, decenas buscan tocar el manto de la Guadalupana. Encenderle una vela u obsequiarle una flor.