Rodrigo Ruiz Jabalera, trabajador de Promotora Ambiental La Laguna (PASA), murió el sábado 21 de septiembre cuando recolectaba basura en el fraccionamiento Mar de Cortez, al suroriente de la ciudad, en el camión 1953.

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Esa noche, como cada tercer día lo hacía, el camión y su tripulación transitaba por la calle 21 de Marzo y antes de cruzar el boulevar Chihuahuita cayó a un socavón. Rodrigo que viajaba en el estribo posterior izquierdo no pudo ponerse a salvo y fue aplastado por el mismo vértice, prácticamente partiéndolo en dos.

Mientras hacia el levantamiento del cadáver, la Fiscalía General de Justicia del Estado iniciaba la carpeta de investigación por el hecho de sangre.

Inmediatamente, la opinión pública a través de las redes sociales linchó al alcalde Manuel Guillermo el Billy Chapman Moreno, a quien culparon por su omisión en la reparación del drenaje sanitario y por no señalizar debidamente las zonas en donde saben que la tubería desapareció.

Antes de cumplirse 24 horas del accidente, el domingo (22), a media mañana, el alcalde se apresuró a repartir culpas por el accidente. Todos menos él, eran los responsables de la muerte de Rodrigo. La achacó a las administraciones municipales de los últimos 25 años, porque no invirtieron en la rehabilitación del drenaje sanitario y porque no invirtieron los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) que ignoraba si se habían depositado. En su discurso de media hora, se dio baño de pureza y de sacrificio en favor de los ahomenses porque ha dedicado muchísimo tiempo en levantar el tiradero financiero que le heredaron.

Ofreció que el municipio respaldará a la familia de Rodrigo. Esa misma oferta la prometió a los deudos de Roberto Emiliano “N”, el chico que la noche del 8 de diciembre del 2018 cayó en un socavón en boulevar Zacatecas y Puebla, muriendo ahogado. La familia sólo recibió la palabra del alcalde, la fotografía del momento, pero ninguna indemnización.

En la conferencia, junto con Guillermo Blake Serrano, gerente de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Ahome (Japama), aceptaron que sabían del socavón, pero ignoraban la magnitud, y por tanto no estaba señalizado. “Es el mismo caso de muchos socavones más, que no sabemos de qué tamaño son”, justificó Blake.

La sangre fría para aceptar que sabían del socavón y nada hicieron para prevenir el accidente en donde falleció Rodrigo, un padre soltero que tenía a su cargo la manutención de sus dos hijos, en Charay, El Fuerte, enardeció a la población, que una semana antes ya habían analizado la posibilidad de declararse en huelga de pago de consumo de agua potable y de mantenimiento de drenaje sanitario, para exigir que el municipio le meta mano al afloramiento de aguas negras producto de fracturas en la red.

La protesta había comenzado en la calle Magnolias entre Geranios y Jazmines, en la colonia Infonavit Arboledas. Los vecinos, Mario Trinidad Aguilar, Francisco Javier González Lugo y Carlos Miguel Bohórquez Borbón, coincidieron en que el drenaje está aflorando hasta en las coladeras de los baños porque en alguna parte está obstruido. “Han desazolvado dos veces la red, pero tres días después está igual, aflorando. De nada sirve”.

Demandaron la asignación de recursos del municipio para atender al problema.

Acompañado de amas de casa que afirmaron que sus hijos ya sufren enfermedades de la piel, gastrointestinales y oculares por estar expuestos al drenaje abierto.

Bohórquez Borbón aseguró que seguirán el modelo de otras inconformidades urbanas, y anticipó que harán historia, como lo está haciendo este gobierno que es omiso en su responsabilidad de proveer servicios públicos eficientes e incompetente para administrar el ayuntamiento.

La misma indignación, pero con burla, ocurrió en el fraccionamiento Stase IV, en donde a manera de escarnio público para el alcalde Billy Chapman los colonos festejaron el primer año del socavón en Alameda y Amapa. Pastel, vela, refresco y fritanga se regaló a los vecinos asistentes.

Chapman no se refirió al festejo, ni fue invitado, pese a ser uno de los padrinos, por no repararlo.

La respuesta

Mientras las protestas ciudadanas copaban el palacio municipal y el alcalde Billy Chapman asistía a un acto político de los diputados locales del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) acompañado de sus principales hombres de gabinete, la tesorera, Ana Elizabeth Ayala Leyva llamó de urgencia al cabildo para la aprobación de un crédito bancario hasta por 60 millones de pesos para invertirlo en la reparación del drenaje sanitario.

Los concejales, llegaron, escucharon y condicionaron la aprobación del crédito, lo que provocó que el alcalde, Chapman echara las campanas a vuelo y anunciara que contraría 40 millones de pesos para hacer una bolsa y multiplicarlos para reparar los drenajes colapsados.

La afirmación acelerada y aprontada fue aclarada por los regidores de oposición, Raúl Cota Murillo, Rosa María López Ramírez, y Fernando Arce Gaxiola que aseguraron que la aprobación unánime al crédito dependerá de la solvencia financiera, la justificación y el resultado de la balanza financiera para saber en dónde están los 352 millones de pesos que el presidente anunció que se ha recaudado a la fecha.

La condición también es la redirección de la inversión pública que se analizará para determinar cuáles en realidad son prioritarias, para ahorrar y la reducción del gasto corriente porque hay sobresueldos de funcionarios y gastos que se pueden eliminar, como adquisición de unidades nuevas para funcionarios de primer nivel, reducir costos de telefonía, entre otros, consideró, Arce Gaxiola.

Conscientes de que pueden ser mayoriteados en cabildo, los regidores firmaron un pacto con el que se comprometen a aprobar el crédito si el municipio es financieramente sano y se redirecciona el gasto.