También Sinaloa cayó en las redes de la Estafa maestra. La Universidad Autónoma Intercultural de Sinaloa (antes Autónoma Indígena de México) se suma a las universidades del país que intervinieron en el esquema de desvío de recursos públicos, un mecanismo que se convirtió en práctica común en el sexenio de Enrique Peña, y que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) estuvo señalando en sus informes de las cuentas públicas desde 2012.
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La Universidad Autónoma Intercultural de Sinaloa, UAIS, no apareció en el primer recuento de la Estafa Maestra, pero solo porque en los años revisados, 2013-2014, no habían entrado en el mecanismo.
Es en la Cuenta Pública de 2016 cuando se detecta que la Intercultural de Sinaloa se suma a las ocho universidades de México que habían triangulado recursos públicos vía contratos con dependencias federales, por servicios que nunca prestaron, o fingían subcontratar a terceros que la misma dependencia les señalaba.
El contrato con la Universidad Autónoma Intercultural de Sinaloa, con sede en El Fuerte y seis campus en el norte del estado, se firmó con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) en enero de 2016, cinco meses después de la llegada de Rosario Robles. Se trata del Primer Convenio Específico al Convenio General de Colaboración número SEDATU/DGAEG-UAIM/33901.06/2016, y el monto es por 106.84 millones de pesos.
Rastreando la estafa
De acuerdo al rastreo de la ASF, en la Auditoría Forense 16-0-15100-12-1792, el contrato se hizo para un Manual de Gestión del Centro Ciudad de las Mujeres en Tlapa de Comonfort. Aquí es donde todo se empieza a torcer:
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- La ASF encontró que el contrato lo firmó “la Directora General Adjunta para la Igualdad de Género de la SEDATU, y se observó que ni en el Reglamento Interior, ni el Manual de Organización General de la dependencia, vigentes para el ejercicio 2016, la SEDATU tenía como parte de su estructura orgánica a esa dirección general; por lo tanto, la servidora pública carecía de atribuciones para contraer obligaciones a nombre de la SEDATU, administrar el convenio, autorizar y solicitar la emisión de los pagos a la UAIM.”
- La SEDATU cometió una serie de irregularidades al hacer las transferencias de los recursos, es decir el pago del supuesto servicio que estaba presentando. Específicamente la dependencia no identificó ni aclaró a qué estructura presupuestal se iba a realizar el cargo o donde se aplicaría el gasto (partida, unidad responsable y programa presupuestal). En otras palabras no señaló contablemente de donde procedían los recursos.
- Y lo más grave está en la tercera de las anomalías:
“Para acreditar la ejecución de los servicios pagados a la UAIS, la SEDATU proporcionó a los auditores comisionados de la ASF, los entregables siguientes: I. Diagnóstico de las necesidades de las mujeres y análisis de oferta de servicios para el empoderamiento de las mujeres en Tlapa de Comonfort, Guerrero y municipios aledaños. II. Manual del sistema de Gestión y Operación de los servicios del Centro Ciudad de las mujeres en Tlapa de Comonfort, Estado de Guerrero.
“Respecto de ambos entregables, conforme a lo descrito en los Resultados 11 y 13 del presente informe, se determinó que dicho Diagnóstico y Manual fueron elaborados al amparo de la Coordinación Técnica número ME-T1259 formalizada el 28 de marzo de 2014, y financiado por el BID y liderada por la SEDESOL. Aunado a ello, los servicios se contrataron y pagaron en dos ocasiones, ya que la SEDATU contrató para presuntamente realizar los trabajos del Diagnóstico, al Instituto Tecnológico Superior de Comalcalco (ITSC), mediante el Primer Convenio Específico núm. SEDATUITSC/SOT/33901-03/2015 de fecha 16 de octubre de 2015, y en lo que respecta al Manual del Sistema de Gestión, contrató y pagó el servicio con la Universidad Politécnica de Francisco I. Madero (UPFIM), a través del Primer convenio específico núm. SEDATU/DGAPADNUPFIM/33901.03/2016, de fecha 2 de febrero de 2016”.
La Auditoría encontró en las pesquisas que los servicios que se contrataron a la Universidad Autónoma Intercultural de Sinaloa ya habían sido contratados y pagados en dos ocasiones anteriores, además de que en esas dos ocasiones también se pagó de manera irregular porque los servicios habían sido financiados con anterioridad por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, en un proyecto que lideraba la SEDESOL, no la SEDATU, en 2014 (dos años antes de cuando supuestamente se prestaron los servicios).
Una, y otra, y otra vez
En septiembre de 2017, una investigación que encabezó el sitio animalpolitico.com destapó el conjunto de dependencias federales, universidades y empresas fantasmas, utilizadas en un esquema repetido para desviar, al menos, 7 mil 670 millones de pesos. Participaron 11 dependencias federal, ocho universidades y más de 50 funcionarios públicos.
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Animal Político y su equipo habían entendido el mecanismo que habían empleado de manera repetida desde el gobierno federal. Además que no era ningún secreto, la Auditoría Superior de la Federación lo había señalado en sus informes, aun así no pasaba nada.
Por más que repetía la ASF en cada informe los miles de millones desviados, al año siguiente ocurría lo mismo. La ASF lo volvía a señalar. Y nada.
Así es como se involucró la UAIS, la novena universidad de México involucrada en el esquema de desvío de recursos públicos. Más las que se detecten en otras auditorías.
Artículo publicado el 18 de agosto de 2019 en la edición 864 del semanario Ríodoce.
