Un penal de máxima seguridad ubicado en Florence, Colorado, considerado el “Alcatraz” de las Montañas Rocallosas pudiera ser donde el narcotraficante sinaloense, Joaquín el Chapo Guzmán cumplirá su condena de cadena perpetua más 30 años, dictada este miércoles por el juez Brian Cogan en Nueva York.
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Durante el juicio de poco más de tres meses y que concluyó en febrero, el entonces abogado del capo, Eduardo Balarezo, comentó a Ríodoce en una de las pláticas informales al interior de la sala 8D, que lo más probable era que su cliente purgue su pena en las instalaciones de máxima seguridad de Florence, Colorado, considerado más reforzado aún que un penal de máxima seguridad. Una vez que eso suceda, “Emma nunca lo volverá a ver”, dijo entonces Balarezo.
Este centro penitenciario, construido en 1994, es conocido por sus celdas de aislamiento construidas para prisioneros propensos a asesinar, incluso, a los guardias de seguridad.
Algunos de los prisioneros de Florence incluyen a terroristas extranjeros y estadounidenses como Dzhokhar Tsarnaev, el responsable del bombardeo en el maratón de Boston en 2013, así como el responsable del bombardeo al World Trade Center en 1993: Ramzi Yousef.
Ahí también se encuentra el responsable del atentado para explotar un coche bomba en Times Square en 2010: Faisal Shahzad, e incluso miembros del crimen organizado como Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo, quien se declaró culpable tras su extradición en 2007.
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Las condiciones de la prisión son extremadamente arduas. Los 400 prisioneros están encerrados 23 horas al día en una celda de 3.5 por 2 metros. Tienen una hora de esparcimiento al exterior de su celda cada día. Lo único que pueden ver desde donde están, es el cielo, haciendo que sea imposible determinar en qué parte de la prisión están y planear una fuga. Nadie se ha escapado nunca de Florence.
En 2012, un grupo de 11 prisioneros demandaron al Buró de Prisiones Federales de los Estados Unidos por las arduas condiciones de aislamiento. Esto perjudicaba la salud física y mental de los reos, argumentaron en el caso.
