Son saqueadas parroquias del sur de Sinaloa

parroquia rosario

Parroquias de Sinaloa están siendo desmanteladas y saqueadas del arte sacro que se resguarda desde los siglos en que se instauró la época colonial. Pinturas, esculturas, lienzos y demás objetos que desde dos o tres siglos atrás servían para la práctica de ritos sacramentales de la Iglesia Católica en Sinaloa continúan desapareciendo porque no hay un inventario de bienes y tampoco voluntad para denunciar el saqueo del que se sospecha están involucrados hasta personal que resguarda los templos.

Feligreses que viven en poblaciones de Rosario, Concordia y San Ignacio, tres de los municipios más afectados por el saqueo de arte sacro, dan testimonio del robo alarmante del patrimonio nacional y ninguna autoridad civil o religiosa, sea la Diócesis de la Iglesia Católica en México o el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como responsable de la conservación del patrimonio nacional, muestran interés para frenarlo.

Así, los objetos de plata y oro que ofrecían el cáliz, candeleros, trajes, muebles, pinturas y hasta documentos de los archivos parroquiales han desaparecido y parado en manos de coleccionistas privados de la región, que desde tiempo atrás se dedicaron por pasatiempo o negocio a extraer  piezas de arte o documentos, sin que se hayan investigado los casos de robo.

El referente más inmediato de que se tiene memoria es la desaparición de las puertas laterales del Templo Parroquial del poblado de Chametla. Eran cuatro hojas de madera de casi cuatro metros de alto por 1.50 metros de ancho y unas cinco pulgadas de grueso cada una.

Las dos puertas (con dos hojas cada una) permanecieron ahí desde el año 1789, fecha en que se terminó de construir el templo y fue inaugurado. Para enero del año 2016 esas puertas que por más de 200 años se abrían y cerraban a los feligreses de Chametla y las poblaciones vecinas, aparecieron como un viejo telón rustico adornando un salón cantina en la ciudad de Culiacán.

Con anterioridad las puertas fueron desmontadas y resguardadas por el sacerdote del pueblo, bajo el argumento de que un grupo de voluntarios del poblado residentes en Tijuana se les ocurrió la idea de sustituir estas reliquias del Templo por nuevas puertas, sin autorización del  INAH.

Por su peso y volumen debieron haber sido trasladadas por varias personas y transportadas en un vehículo grande. Al ser cuestionado sobre el hecho, el sacerdote responsable de la parroquia, Rafael Tena, niega haber participado en este hecho y tampoco tiene información de cómo sucedió. Pero las puertas incrustadas en cantera rosa donde están grabadas unas leyendas del entonces sacerdote Santamaría acusando a los indígenas de rebeldía e insubordinación contra la Iglesia, jamás regresaron a su lugar.

Familias muy cercanas a la vida parroquial en el poblado, aseguran que del Templo de Chametla, igual que esas puertas han salido retratos en óleo de santos y sacerdotes que permanecieron resguardadas en el cuarto de la sacristía por más de cien años y de una década hacia la fecha han desaparecido. Otras obras de arte sacro como el Cristo crucificado y la Dolorosa han sido extraídas y enviadas a Guadalajara para su restauración, pero son recuperadas con deformaciones porque la calidad de los trabajos no son calificados.

Tiempo atrás, familias pudientes donaron bancas con coderas fundidas en cobre y también desaparecieron y fueron sustituidas por bancas sencillas. Una paloma tallada en madera que simboliza la imagen del Espíritu Santo, se encontraba en la cúspide del baptisterio y también voló.

El mismo caso se presenta en poblaciones serranas del mismo municipio como La Rastra, Maloya y Cacalotán; en poblaciones de San Ignacio como San Javier, San Juan y la cabecera municipal de San Ignacio. Agua Caliente de Gárate, y las poblaciones mineras de Pánuco y Copala, que han perdido piezas de arte sacro que datan desde los siglos XVII y XVIII.

Los habitantes del poblado de Chametla informaron que existe interés en crear un Museo de Arte Sacro en la comunidad y por tanto, solicitarán a la delegación del INAH en Sinaloa iniciar un registro material de las obras y objetos de arte que aún quedan en resguardo de la Parroquia y se inicie un proceso de recuperación de obras perdidas o que están en poder de coleccionistas y particulares.

Asimismo pedirán que se restaure y rescate el Archivo Parroquial que igual que en otras parroquias del Sur de Sinaloa, son depositarios de la memoria histórica que comprende parte del periodo prehispánico y hasta la última etapa de la época colonial.

Artículo publicado el 5 de mayo de 2019 en la edición 849 del semanario Ríodoce.

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