¿A dónde va el juicio del ‘Chapo’?

El ‘Vicentillo’ acusa al ‘Chapo’ y a su padre; también a ‘Chuytoño’ y a varios miembros del Ejército Mexicano de ser protectores del Cártel de Sinaloa. Pero lo insólito no es esto, sino la revelación de que quiso dejar el narcotráfico y para ello buscó a la DEA con el fin de entregarse. El juez de la corte impide que durante el juicio de hable de la operación Rápido y Furioso y sobre los secretos del juicio del testigo en Chicago, donde acusó a la propia DEA de haberlo dejado traficar a cambio de información.

Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo, afirmó durante su testimonio en el juicio contra Joaquín Guzmán Loera, que el ex director de la policía Ministerial del Estado de Sinaloa, Jesús Antonio Aguilar Iñiguez Chuytoño, estaba en la nómina de Ismael el Mayo Zambada, incluso, que fue el propio capo quien lo asignó a ocupar ese puesto.

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El Vicentillo no alcanzó a precisar si esto fue en el periodo de Mario López Valdez (2011-2016) o en el de Juan Millán Lizárraga 1999-2004) y sólo se limitó a decir que su padre, el Mayo Zambada, fue quien realmente puso a Chuytoño.

“Mi padre (el Mayo) puso como Jefe de la policía judicial de Sinaloa a un amigo suyo, el comandante Jesús Antonio Íñiguez, Chuytoño, quien a su vez colocaba a comandos afines en las zonas donde se movía: El Salado, Costa Rica, Eldorado y Cruz de Elota”, narró Zambada Niebla durante el interrogatorio hecho por la fiscal Gina Parlovechio.

Para lograr tales acuerdos, el Cártel de Sinaloa pagaba más de un millón de dólares en sobornos, que no sólo se limitaban a este jefe policiaco, sino también a comandantes de la policía ministerial, policías municipales, federales, políticos sinaloenses, y elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) adscritos a la Novena Zona Militar.

“A la policía Ministerial le tocaba entre 30 y 50 mil dólares cada mes, que se repartían entre los comandantes, pero para el director le tocaban otros 50 mil dólares que a su vez debía compartir con sus más cercanos colaboradores en la corporación”, dijo.

Fuera de Aguilar Iñiguez, el Vicentillo no mencionó más nombres de funcionarios sinaloenses, aunque no se descarta que la defensa, liderada por Eduardo Balarezo y Jeffrey Lichtman, podría extenderse y cuestionar a Zambada Niebla sobre casos de corrupción relacionados con ex gobernadores y otros funcionarios públicos y electos, una vez que se reanude el juicio, el próximo lunes.

‘CHUYTOÑO’. Protegido por Millán y ‘Malova’.

La retirada

Durante su testimonio, realizado el jueves y viernes pasado, el Vicentillo detalló que él tenía tiempo tratando de retirarse del narcotráfico, y que a los 32 años se le presentó la oportunidad mediante Humberto Loya Castro, un amigo del Chapo que trabajaba como informante de la DEA, y quien aparentemente informaba al Cártel de Sinaloa sobre las operaciones del gobierno a cambio de información para que arrestaran a líderes de cárteles enemigos.

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La decisión del Vicentillo habría sido avalada por el Mayo, por lo que eventualmente Zambada Niebla se vería con agentes de la DEA en el hotel María Isabel Sheraton, en Ciudad de México, apenas a media cuadra de la embajada de Estados Unidos, que aparentemente fue el lugar elegido por los agentes donde, supuestamente, negociarían su salida.

Pero tras el encuentro, algo debió salir mal, porque Vicente Zambada Niebla fue arrestado dos horas después de la reunión, justo cuando llegaba a su casa de Jardines del Pedregal, al sur de la ciudad.

Un año después del arresto, Zambada Niebla fue extraditado a una corte federal del Distrito Norte de Illinois, donde acusó con revelar cómo el Cártel de Sinaloa, incluyendo su padre y el Chapo Guzmán, colaboraban con agentes encubiertos de la DEA, incluso, según se observa en el expediente 09-CR-00383, su defensa presentó una moción argumentando “autoridad pública”.

Referente a esta moción, los fiscales del caso solicitaron al juez Brian Cogan que la defensa no cuestione a Zambada Niebla sobre sus acuerdos con los fiscales del caso, ni tampoco sobre la operación Rápido y Furioso, dirigida por la agencia para el control de Alcohol, Armas y Explosivos (ATF), que permitió el libre tránsito de miles de armas a México, y que eventualmente terminarían en manos de pistoleros del Chapo.

“Ha habido una serie de reportes negativos respecto a esa operación, lo cual puede confundir al jurado”, expusieron los fiscales.
No obstante, varias armas decomisadas en Estados Unidos, que aparentemente formaron parte de Rápido y Furioso, serán presentadas como evidencia durante el juicio.

El Juez Cogan también pidió a la defensa que se abstuviera de preguntar a Zambada Niebla sobre su colaboración con la DEA, lo mismo que su encuentro con agentes de esa agencia antes de su arresto, y también que no mencionara lo relacionado con “autoridad pública”.

AGUILAR ÍÑIGUEZ Y MALOVA.

Las guerras

La guerra entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Juárez habría iniciado en el 2004, cuando Rodolfo Carillo Fuentes, el Niño de Oro, empezó a matar gente del Chapo en Navolato, precisó Zambada Niebla durante la continuación de su testimonio, el viernes pasado.

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“Mi compa Chapo no quería problemas, y pidió una reunión para llegar a un acuerdo pacífico”, dijo Zambada Niebla.

Pero algo no gustó a Carrillo Fuentes, que al final de la reunión dejó a Guzmán Loera con la mano estirada, para luego ofenderlo, y entonces retirarse muy enojado, siendo ese el momento que el Chapo dijo al Mayo y a Juan José Moreno Esparragoza, el Azul, que eliminaría a Rodolfo Carillo Fuentes, y ambos capos dieron luz verde para que así ocurriera.

Producto de ese homicidio inició una cruenta guerra entre ambos cárteles, sin embargo Guzmán Loera tuvo todo el apoyo del Mayo y del Azul, haciendo que la balanza se inclinara a favor del Chapo y del Cártel de Sinaloa.

Con el tiempo surgió otra guerra, esta vez contra los Beltrán Leyva, y el Mayo, el Chapo y el propio Vicentillo se valieron del ejército mexicano para acabar con sus rivales.

Según el testimonio bajo juramento de Zambada Niebla, el general Humberto Eduardo Antimo Miranda fue a ofrecer sus servicios al Mayo cuando supo que los Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes y los Zetas andaban buscando a militares que detuvieran o asesinaran al Chapo o al Mayo.

Antimo Miranda prefirió buscar a Zambada García para decirle que en el ejército mexicano “prefería trabajar con el Cártel de Sinaloa en lugar de sus rivales”, según una reunión que tuvieron a inicios del 2007. El Vicentillo dijo que entonces su padre agradeció al oficial de la SEDENA y le dio 50 mil dólares por su lealtad, dinero que le continuó dando cada mes.

CORONEL DE LEÓN ADAMS. Señalado.

El testigo agregó que no era la primera vez  que su padre sobornaba a alguien de las fuerzas armadas, pues en el 2001, el coronel Marco Antonio de León Adams, jefe de la guardia personal de Vicente Fox, se reunió en un restaurante del Lago de Chapultepec, en Ciudad de México, con el Mayo, y el motivo era establecer una alianza en donde el general le informaría sobre operativos, además de ofrecerle protección.

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Pero no sólo su padre se entrevistaría con generales, pues el propio Vicentillo también se reunió con el general Roberto Miranda, quien entonces era jefe de seguridad del estado Mayor presidencial durante la administración de Ernesto Zedillo, para quejarse cómo el gobierno mexicano había cateado los negocios de su mamá, en Culiacán.

“En esa ocasión me vi con el general en Los Pinos, que era donde tenía su oficina, porque mi padre me dijo que lo viera para que arreglara eso de los cateos innecesarios”, relató Zambada Niebla.

También reveló que uno de sus informantes en el Ejército mexicano, le dijo que los Beltrán Leyva querían secuestrar y matar a su esposa, para luego enviarle la cabeza. Fue entonces que decidió reubicar a su familia a Mazatlán.

“Sí ordené la muerte de muchos de mis enemigos cuando estalló la guerra contra los Beltrán Leyva, pero yo personalmente nunca he matado a nadie”, explicó.

Para localizar a sus enemigos, Vicentillo pagó a elementos de la Novena Zona Militar 750 mil pesos, además de proveerlos de equipo sofisticado para rastrear llamadas telefónicas, ubicar la ubicación exacta de sus enemigos mediante el número de teléfono, y entonces ordenar la ejecución.

Entre sus sicarios más violentos estacaban el Chino Antrax, el M1, el Negro, y el Fantasma.

El juicio continuará el lunes 7 de enero, cuando los abogados defensores del Chapo lo interroguen sobre su relación con el capo, y sobre otros funcionarios que fueron corrompidos por el Cártel de Sinaloa.

Con información de Vice News

Artículo publicado el 6 de enero de 2019 en la edición 832 del semanario Ríodoce.

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