En la contraportada de su novela Cruz del norte. Se lee esta parte de su biografía:
“Fue becario de Difocur en 1992, del Fonca en 1994 y de Fonca Sinaloa en 1996, 1999, y 2005, sus trabajos han sido publicados en: Blanco Móvil, Unomásuno, Pregonarte, La Palabra, El Suplemento Los Gordianos, Opus 123, La Revista, Río Subterráneo, Literal, Textos y en el libro colectivo Ocho voces en la sala de juegos, así como en la antología de jóvenes creadores del Fonca. 1994-1995 y Cien años del cuento en Sinaloa.
Para cerrar el comentario sobre su novela Cruz del Norte debo agregar algo que me reclamó un lector que leyó la primera parte: “le faltó comentar algo que me parece muy importante de esta novela: el manejo del lenguaje, el trabajo vale mucho más por eso, pues el escritor debió investigar mucho para emplear el español que hablaban: Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Pánfilo de Narvaes, Nuño Beltrán de Guzmán, Fray Bartolomé de las Casas y tantos”. Tiene razón el demandante porque ahí está la esencia del arduo trabajo de nueve años del autor. Este solo hecho justifica leerlo, pero existen otras razones: cuenta con una manufactura y estructura muy bien logradas. Y es que César, en esto de escribir, es muy exigente consigo mismo; afirma que sólo así se logra el arte. Y tiene razón.
La segunda novela de César se llama La invención mortal de Nikola Tesla. La descripción en contraportada dice: “El enigmático físico Nikola Tesla y sus extraordinarios descubrimientos e inventos han inspirado esta increíble historia, en la que el autor César Ibarra mantiene la atención del lector en un excelente manejo de dos líneas temporales, dos historias simultaneas: la de Nikola Tesla a finales del siglo XIX, y la de un grupo de físicos de nuestro tiempo, en pleno siglo XXI, quienes inspirados en una encrucijada por descubrir al mundo el uso de un arma mortal que ha cobrado demasiadas vidas; un arma letal basada en el invento de Tesla, que podría llegar a ser la causa de la destrucción de la humanidad”.
—¿César, de dónde arrancaste la idea para escribir esta novela?
—Fue una vez que vi un extenso video sobre ciencia, me molestó que sólo le dedicaran un minuto y medio al gran trabajo de Tesla. Luego hice preguntas sobre este personaje a gente inmersa en el estudio, entre ellos algunos escritores, y nadie me pudo dar razón de su importancia como científico; eso me obligó a tomar el tema. La envíe a una editora en Miami; de inmediato la publicaron y la promovieron en Amazon, esto fue el año de 2011, y el 2015 se publicó en México.
—¿Cuánto tiempo te llevó escribirla?
—Diez años, no tengo prisa en esto de escribir, intento lo que Juan Rulfo, escribir poco pero bien logrado; busco el arte.
—Sin duda lo estás logrando. Me he dado cuenta de que eres promotor cultural, en especial he visto que promueves la lectura. Cuéntame de eso, por favor.
—El gobierno mexicano tiene una idea errónea con respecto a la cultura, la mayoría de los gobernantes piensan que esas actividades son un gasto, y muchos, que es una pérdida de tiempo. En cambio el gobierno de los Estados Unidos es el país más poderoso del mundo, y mucho de su riqueza se la debe a Hollywood, la meca del cine mundial. Esa industria es una las fuentes que más dólares les genera. Nueva York es la sede más importante del teatro mundial, otro bastión de la cultura donde se dan cita las más importantes compañías del arte escénico. En Inglaterra la literatura, desde los tiempos de Williams Shakespeare es la cuna de la literatura mundial. La escritora J.K. Rowling, es una de las mujeres más ricas del mundo, gracias a su importante trabajo: la escritura. Francia, es el lugar donde todos los artistas, de todas las variantes del arte se desarrollan, y sin duda, ese país le debe mucho al arte que lo ha colocado, desde siempre en una potencia. España, es otro de los países más visitados, mucho se debe a la cultura que desarrollan. En cambio en México, se sigue pensando que el arte, es un gasto inútil. Lástima.
—Tú te has convertido en un importante promotor cultural, ¿cómo y por qué te iniciaste en eso?
—Las razones son obvias; desde el año 2014 participé en Las salas de lectura con Raúl Quiroz y Gilberto Cabanillas. Una vez, una señora se acercó y nos dijo que esas lecturas debían ser mínimo cada semana, de ahí nació: Letras en la Plazuela. Yo pienso que el arte, en cualquiera de sus modalidades, debe ser llevado a la gente, e intentar que se involucre. Tenemos 18 municipios, y sólo seis tienen presupuesto para difundir la cultura, de ahí la necesidad de crear esta actividad. Elmer Mendoza, a través del ISIC, me apoyó, fue él quien me dio la idea del nombre del programa, el apoyo fue de solo tres meses, pero yo insistí. Una vez invité a la poeta Rosa María Peraza, se enojó porque no tenía ni un mueble para poner las hojas de lectura, molesta me dio 500 pesos, me dijo: anda, compra aunque sea una mesa para poner los papeles. Lo hice, esa mesa todavía la tengo. Urge que los gobernantes comprendan lo importante que es la actividad cultural, es complemento de la educación; los niños y jóvenes deben tener una visión distinta, además de la narco-cultura.
César Ibarra, El Cholo, que el insigne literato Vicente Quirarte convirtió en escritor, es un artista que se ha ganado el respeto y la admiración de los sinaloenses. ¡Salud! Por ello.
Este fin de año para los familiares, amigos y miles de seguidores de Javier Valdez Cárdenas, los festejos serán tristes; nos hace falta.
*Escritor de las novelas Tierra blanca, Por amor a Feliciana y La maldición de Malverde.
Artículo publicado el 23 de diciembre de 2018 en la edición 830 del semanario Ríodoce.
