El Consejo de Ministros en España aprobó un decreto real para que las enfermeras puedan recetar fármacos.
De acuerdo a El País, el decreto permitirá que estos profesionales puedan indicar a los pacientes en determinados casos qué deben tomar para sus enfermedades, y, en otros, podrán usar ellos mismos estos fármacos sin necesitar una autorización caso a caso del médico, que es lo que, si la ley actual se estuviera aplicando a rajatabla, debería estar pasando.
La inminente campaña de vacunación de la gripe es un buen ejemplo de las implicaciones de esta medida. Según la ley del medicamento y el real decreto que aprobó el Partido Popular siendo ministro de Sanidad Alfonso Alonso, para poner la inyección a cada persona hace falta que el médico lo ordene expresamente. Con la nueva regulación, bastará con que se dejen claros los protocolos de inmunización, y el enfermero podrá vacunar a todas las personas que cumplan los requisitos correspondientes (en este caso, ser mayor de 65 años o tener alguna patología asociada, como deficiencia inmunitaria, EPOC o un trasplante) sin tener que solicitar una autorización caso a caso.
Por eso el argumento del ministerio es que este real decreto nace por la necesidad de “aportar seguridad jurídica” al trabajo que las enfermeras efectúan “habitualmente”. “Esta cuestión de medicamento siempre se referirá a medicamentos sujetos a prescripción médica y que se desarrollen con un marcado carácter colaborativo y aparecerán en los protocolos y guías de práctica clínica y asistencial” ha dicho la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El real decreto ha salido adelante después de que ya con Dolors Montserrat (PP) en el ministerio se retomaran las conversaciones entre los dos colectivos profesionales implicados (enfermería y facultativos) para solucionar una diferencia que se arrastra desde hace más de una década. Afecta a muchas actuaciones diarias, desde las vacunas a control de patología (hipertensión, coagulación), uso de antibióticos en algunos casos, como las pomadas, tratamientos para el embarazo y el periodo posterior…. etcétera. Todos ellos procedimientos en los que se necesitan productos de prescripción (que requieren una receta).
Además, la nueva regulación exime a los enfermeros que vayan a utilizar o indicar fármacos de solicitar una acreditación especial, como se fijaba en la norma que aprobó Alonso. Se asume que si se tiene la titulación correspondiente se está preparado para asumir esta tarea.
Después de la aprobación, Carcedo reunió a los periodistas especializados y declaró que se trataba de un día histórico para un proceso que llevaba muchos años pendiente. “Esta regulación ha sido sorteando y superando muchas vicisitudes. Haber conseguido regular esta situación que llevaba tantos años de recorrido y hacerlo de forma positiva es un motivo de celebración y quiero aprovechar la oportunidad y la ocasión para felicitar y agradecer al personal de enfermería su trabajo cotidiano”, ha dicho la ministra.