Los Senadores de la Fracción Parlamentaria de Morena en el Senado, Imelda Castro y Rubén Rocha Moya, admitieron que la aprobación de la licencia para separarse del cargo de Senador al Gobernador de Chiapas Manuel Velasco, fue un error de novatez que la fracción parlamentaria procurará no repetir, porque aún cuando actuaron conforme a derecho, la sociedad civil se sintió traicionada por tratarse de un político muy cuestionado por la población chiapaneca.

Ambos legisladores señalaron que en la primera ronda de votación se abstuvieron porque desconocían que la Ley Orgánica y el Reglamento del Senado establecen que las solicitudes de licencia son un derecho que los legisladores tienen para separarse del cargo sin necesidad de aprobarla por el pleno.

De ahí que una vez negada, el afectado se reunió con la Junta de Coordinación Política y con fundamento en los artículos de la Ley Orgánica y el Reglamento exigió la autorización, situación que obligó a retomar la votación y enterados de este “error de novatez” sustentado en el desconocimiento de la ley se procedió a votar a favor la petición de separación del cargo.

El Senador Rubén Rocha Moya admitió que esta decisión  de negar y después de cinco horas  aprobar la licencia, generó desconfianza en la ciudadanía porque se trataba de un político que ha sido fuertemente cuestionado en su desempeño como gobernador de Chiapas.

Si a esto se agrega que ese mismo día se suman los cinco diputados del Verde Ecologista a la Fracción Parlamentaria de Morena en la Cámara De Diputados, se empieza a generar un clima de desconfianza que se hizo ver de inmediato en las redes sociales.

El ex Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa reconoció que este tipo de tropiezos confunden a la población y salpican la confianza plena que requiere la Cuarta Transformación y el Grupo Parlamentario lo ha reflexionado con un enfoque autocrítico, de tal manera que acordó evitar comportamientos que pongan en duda el compromiso pactado con la ciudadanía en sus actos de campaña.

Entre los acuerdos derivados de este hecho se pidió mayor coordinación entre los senadores. En el mismo sentido Imelda Castro precisó que si hubiera tenido claridad que a un senador que solicita licencia se le confiere automáticamente, no se hubiera abstenido desde el principio.

“El problema fue que dijimos que no y cinco horas después que sí. Y eso generó sospechas que de alguna manera confundió a la ciudadanía que confió en nosotros, y después de esa experiencia debemos cuidar que errores de este tipo no se repitan”, remarca Rocha Moya.

Tanto Castro como Rocha Moya insisten en que por tratarse de una decisión apegada a derecho volverían a votar la aprobación de la licencia de Velasco y otros senadores que en los próximos meses pedirán licencia para separarse del cargo e irse a cumplir una función en la administración pública federal, y lo que hay que destacar es que el Senado no puede violentar una ley orgánica y reglamentos para convertirse en juez y hacer juicios sumarios contra alguien que es acusado de ser mal gobernante.

El derecho a licencia es un derecho legalmente establecido en el Senado y no se puede actuar en contra de la legalidad, defendió.

“El Senado no es juzgador y si hay costo político, habrá que explicarle a los ciudadanos porque en el desempeño de sus cargos los senadores no tienen nada que corregir. La autorización a Velasco para regresar a la gubernatura tiene su origen en la inconformidad que generó cuando modificó al vapor la ley estatal para dejar la gubernatura, ocupar una senaduría pluri en el Senado y luego regresar a la gubernatura. Pero son los tribunales los que deberán juzgarle, no el Senado”, concluyó Castro.