Autoridades del penal de Aguaruto sospechaban de posible fuga desde diciembre

 

El narco volvió a mostrar su poder corruptor y volvió a burlar a las autoridades de seguridad pública del estado y a los militares, pues los reos volvieron a salir por la puerta principal, pese a que las autoridades sospechaban la posibilidad del escape desde diciembre.

El año pasado, cuando el general Genaro Robles Casillas tenía tres meses en la Secretaría de Seguridad Pública escaparon cinco operadores del Cártel de Sinaloa; el domingo pasado, con el general Inocente Fermín Hernández Montealegre con apenas seis días como titular de la dependencia, escaparon otros dos reos.

Las dos fugas exhibieron la complicidad del personal de seguridad del Centro Penitenciario Aguaruto, pues en ambos casos fueron apoyados por celadores que se fueron junto con los internos evadidos.

Los que escaparon el domingo son Julián Grimaldi Paredes, ubicado como operador financiero del Cártel de Sinaloa y acusado de participar en la embosca a militares el 30 de septiembre de 2016.

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De los cuatro detenidos involucrados en esa masacre, es el segundo que se fuga, el primero fue Francisco Javier Rosales el Chimal, evadido en marzo del año pasado y abatido por fuerzas federales un mes después.

El otro reo fugado es Carlos Jesús Salmón Higuera, el Macaco, miembro de la célula de Fausto Isidro Meza Flores, el Chapo Isidro, acusado de participar en la emboscada a elementos de la Policía Ministerial en El Fuerte en 2012 y en una masacre cometida en un funeral en Guamúchil en 2011.

El camino a la libertad

De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, los internos estaban recluidos en el recién construido módulo de alta seguridad diseñado para evitar que reos considerados de alta peligrosidad causen problemas al interior o escapen.

Para llegar hasta las afueras del reclusorio los internos tuvieron que pasar por seis filtros desde el módulo hasta el exterior.

La evasión ocurrió la madrugada del domingo pasado, cuando ambos salieron vestidos de celadores y acompañados de dos custodios, quienes ya no volvieron a trabajar.

Imágenes captadas por las cámaras de seguridad del penal difundidas por el noticiero En Punto, de Televisa, se observa la forma en que escaparon y el apoyo que prestaron los dos celadores.

En las imágenes se aprecia a los dos reos en su celda revisando sus celulares, los cuales están prohibidos, y uno de ellos se cambia de ropa.

En otra área del penal un custodio entra al parecer a un cuarto de servicio, sale con una bolsa negra de plástico y 40 minutos después se dirige a la celda de Salmón y Grimaldi y entrega la bolsa.

Durante alrededor de un minuto platica con los reos y en varias ocasiones observa su reloj de pulso y luego se retira.

De la bolsa negra los presos sacan dos pistolas y dos uniformes de celador y se los ponen encima de la ropa que traían puesta.

Los prisioneros tardaron alrededor de 30 minutos en estar listos y mientras se preparan, uno de ellos voltea hacia la cámara de seguridad y sonríe y el otro saca de entre sus pertenencias una bolsa aparentemente con cocaína y la inhala.

Cuando ya están vestidos, un custodio llega por ellos y los conduce a la puerta del módulo, la cual abrió colocando su huella dactilar en un lector.

Después llegan a la reja que separa ese módulo del resto y otro celador les abre la puerta.

En otras imágenes se observa que entran al edificio que alberga las oficinas administrativas del penal y pasan frente a la comandancia para luego salir al pasillo que separa el área de internamiento del pórtico.

Los dos reos y el celador ingresan al pórtico y atraviesan el área de revisión de visitantes y llegan a la salida, donde otro celador abre la puerta y se va con ellos.

Los cuatro salen al camino que conduce a la carretera Culiacán-Navolato, lo hacen por una puerta lateral que lleva al estacionamiento del reclusorio.

Al salir por la puerta lateral, evitaron pasar por el último portón, que ya no es vigilado por celadores sino por elementos de la Policía Estatal Preventiva.

Los dos custodios y los dos reos abordan un automóvil estacionado junto a la puerta y enfilan hacia la carretera con la cajuela abierta.

Una camioneta y un automóvil que se encontraban en el estacionamiento siguen al vehículo donde van los prófugos y al cruzar las vías del tren se une otro automóvil que lo esperaba en ese sitio.

Los tres automóviles y la camioneta toman la carretera rumbo a Culiacán.

Según la SSPE el movimiento inusual de vehículos a esa hora en el estacionamiento fue lo que alertó a los agentes estatales de una posible fuga.

Por evasión, la Procuraduría General de la República no ha consignado a ningún involucrado

Por la fuga de marzo del año pasado, el encargado de la Dirección del Penal, cinco celadores y un civil están en proceso penal por el delito de evasión de presos.

Preveían fuga desde diciembre

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado preveía la posible fuga de Carlos Jesús Salmón Higuera, el Macaco, desde diciembre del año pasado.

Para evitar la evasión, decidieron cambiarlo de módulo y lo instalaron en el módulo de alta seguridad.

La decisión fue tomada el 29 de diciembre de 2017 por el Comité Técnico del Centro Penitenciario en una sesión extraordinaria.

La reubicación fue “en razón del riesgo que se habría suscitado y que pudiera derivar en posible evasión o fuga de reos, así como por riesgos latentes contra la población penitenciaria general o bien, contra el personal de custodia y administrativo que labora en el Centro Penitenciario”, estableció el Comité.

Ese mismo día, el reo fue internado en el módulo de alta seguridad hasta la madrugada del domingo pasado.

Los dos reos fugados habían estado en penales federales de máxima seguridad, pero con amparos fueron trasladados al Centro Penitenciario Aguaruto considerado de mediana seguridad.

Los ex convictos lograron los amparos debido a que la Procuraduría General de la República no pudo justificar ante los jueces que por su peligrosidad debían estar recluidos en penales federales.

El Macaco ingresó al penal de Aguaruto el 28 de febrero de 2016 y el 6 de marzo por razones de seguridad fue trasladado al Centro de Readaptación Social Federal número 8 en Guasave.

En mayo lo volvieron a trasladar y lo llevaron al Cefereso número 5, en Villa Aldama, Veracruz, pero el 5 de junio de 2017 fue regresado al penal de Aguaruto, donde permaneció hasta el día de su fuga.

Grimaldi Paredes entró al reclusorio de Aguaruto en febrero de este año y el 14 de abril, también por razones de seguridad, el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readpatación Social del Gobierno Federal lo envió al Cefereso de Veracruz.

El 18 de mayo, regresó a Aguaruto debido a que tramitó un amparo y un Juez ordenó que lo devolvieran hasta que concluyera el juicio de amparo y se determinara si es procedente su internamiento en un centro penal federal.

FEBRERO DE 2018. La detención en Santa Fe.

Militares lo detienen, a militares se les va

A Julián Grimaldi Paredes, el Ejército lo persiguió desde octubre de 2016 hasta febrero de este año.

Lo tuvieron en la mira durante 18 meses y solo pudieron tenerlo preso cinco meses.

Los soldados lo detuvieron y a otros soldados se les escapó: al titular de la SSPE, el general Inocente Fermín Hernández; al encargado de los penales del estado, el capitán Juan Carlos Campos; y al director del penal, el teniente Rodolfo Peña Mayen.

La milicia lo buscaba por presuntamente haber participado en la emboscada a un grupo de militares que dejó un saldo de cinco soldados muertos y 10 más lesionados para rescatar a un miembro del Cártel de Sinaloa.

La Procuraduría General de la República lo ubica como operador financiero del Cártel de Sinaloa.

La agresión al Ejército ocurrió en septiembre de 2016 y un mes más tarde la Secretaría de la Defensa Nacional “batió” la comunidad de Paredones, en la sindicatura de Jesús María, de donde Grimaldi es originario.

Durante alrededor de 15 días el Ejército tomó la comunidad y realizaron cateos, en los que aseguraron inmuebles propiedad de Grimaldi, 41 vehículos, 12 caballos, un león blanco, 278 teléfonos celulares, cinco relojes marca Rolex, 12 mil 220 dólares, equipos táctico, fusiles, granadas, cargadores y lanzagranadas.

La cacería culminó la madrugada del 16 de febrero pasado, cuando fue capturado en la celebración de un cumpleaños en el fraccionamiento Colinas de la Ribera.

Junto con él detuvieron a Juan Carlos Hernández Vega, Víctor Valdez Inzunza, Jesús Daniel Calderón Valenzuela, Víctor Yejudi Ochoa García y Juan Jacobo Anaya.

Cuando fue detenido Grimaldi Paredes portaba un oficio apócrifo del Estado Mayor Presidencial y una credencial de empleado de una empresa de investigación y custodia.

En el lugar decomisaron fusiles AK47 y AR15, un fusil Barret calibre 50, pistolas, radios de comunicación, cargadores de varios calibres, dinero en efectivo, un jaguar y tres vehículos.

Grimaldi Paredes era el cuarto involucrado en la emboscada a los militares que capturaban.

Para esa fecha, el Ejército había detenido a Jorge Alberto Salas Gastélum, alías el Furcio o el 90; y a Jesús René Rodríguez Dueñas, el Rino.

También había sido detenido Francisco Javier Rosales Zazueta, pero se fugó del penal en marzo de 2017  y en abril murió en un tiroteo con elementos federales.

El Furcio y el Rino siguen en proceso penal y ambos internados en el penal de Aguaruto.

Fermín Hernández. Llueve sobre mojado.

Atentados a la policía y a la familia

Carlos Jesús Salmón Higuera, el Macaco, es miembro de la célula Los Mazatlecos, de Fausto Isidro Meza Flores, el Chapo Isidro, que opera para el cártel Beltrán Leyva.

El Macaco está involucrado en la emboscada a elementos de la Policía Ministerial del Estado en julio de 2012; y en el multihomicidio de cinco familiares durante un funeral en Guamúchil.

Fue detenido el 6 de julio de 2014 en Guasave junto con Jesús Alonso López Gámez.

Su captura fue el inicio del despliegue de elementos de la Marina que buscaban al Chapo Isidro, en los municipios de Guasave y Sinaloa.

Durante los operativos se registró una serie de enfrentamientos que dejó 12 miembros de Los Mazatlecos muertos.

El Macaco fue internado en el Centro Federal de Readaptación Social número 1, Altiplano, en el Estado de México por los delitos de portación de armas y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.

En febrero de 2016, fue puesto en libertad por falta de pruebas, pero al salir del penal fue capturado por agentes de la Unidad Especializada en Aprehensiones de la Fiscalía General del Estado.

Los agentes cumplimentaron una orden de aprehensión por la emboscada a elementos ministeriales en la carretera San Blas-El Fuerte, a la altura del poblado Tetamboca.

El convoy de siete patrullas fue atacado a balazos por sicarios de la célula Los Mazatlecos, algunos de ellos dispararon ocultos en los cerros.

El saldo fue de siete policías muertos y cuatro lesionados; y tres delincuentes muertos.

En marzo de 2016, ya recluido por la masacre de los policías, elementos de la UNESA ejecutaron otra orden de aprehensión.

El mandamiento judicial era por el homicidio de cinco personas, que eran sus familiares; y por lesionar a otras 12.

El multihomicidio fue cometido la noche del 13 de marzo de 2011, en una funeraria en Guamúchil, donde velaban a Armando Salmón Vizcarra, asesinado a balazos días antes, en Nayarit.

Al funeral llegaron hombres armados, entre ellos el Macaco y abrieron fuego contra algunos de los asistentes.

Dos hombres quedaron muertos dentro de la funeraria y otros tres en el exterior; y 12 personas más quedaron lesionadas.

GENARO ROBLES CASILLAS. Primer fracaso militar.

Se amparan contra traslados

Horas después de la fuga, por lo menos 12 reclusos por delitos federales tramitaron amparos contra cualquier orden de traslado.

Información del Consejo de la Judicatura Federal indica que los amparos fueron solicitados durante la tarde del domingo y admitidos el lunes.

Entre los que solicitaron amparos se encuentra Rey David Santiago Vargas, el Oso, operador de los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán.

También pidieron amparo Jesús René Rodríguez Dueñas, acusado de participar en la emboscada a elementos militares el 30 de septiembre de 2016, en Culiacán.

Además Héctor Carrasco Ruiz, detenido junto con el cuñado del Chapo, Edgar Coronel Aispuro; José Carlos López Alanís, miembro de la célula Los Ántrax; y Julio César Valenzuela Valenzuela, acusado de robo de hidrocarburos.

López Alanís ya había sido trasladado a un penal federal en junio del año pasado, pero un mes después fue devuelto a Aguaruto, debido a que el traslado se realizó sin autorización de un Juez.

Los jueces concedieron suspensiones provisionales para que los internos no sean trasladados a otro penal, hasta que concluyan los juicios de amparo.

Artículo publicado el 29 de julio de 2018 en la edición 809 del semanario Ríodoce.

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Operativo de fuerzas federales en el sector de La Lima, tras enfrentamiento ocurrido la madrugada de este domingo en Culiacán, que dejó un elemento de la Guardia Nacional (GN), muerto y otro lesionado .
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