El sistema de las dos ligas más importantes de México, se está agotando.
La Liga Mexicana del Pacífico llegó hace tiempo a su tope y entró en una zona de confort, mientras la Liga Mexicana de Beisbol envía algunas señales de vida, pero de forma muy lenta y no tan rápido como sus dueños quisieran, por más innovaciones que hacen.
Ambas ligas viven mundos distintos. Lo mejor que pudiera pasarle a la LMP es expandirse y en el caso de la LMB reducir su número de clubes, mínimo a 12.
La LMP requiere ya un mercado más grande para quitarse el estigma regional ante los grandes patrocinadores y ganar otro tipo de audiencias para consolidarse como la mejor liga de México. Monterrey y Tijuana serían las plazas idóneas, algo que ya valoran algunos directivos de invierno.
Decir hoy que la LMP es el gigante del beisbol invernal en Latinoamérica, ya no debe ser motivo de orgullo ante una liga puertorriqueña muerta, el caos que vive cada año el circuito venezolano y una liga dominicana que desde hace mucho tiempo perdió el interés de la prensa y sus aficionados.
La LMP, cuya baja en asistencias fue notable el año pasado —las cifras oficiales no tienen credibilidad—, hizo muy bien al mudar sus oficinas de Hermosillo hacia Guadalajara. Eso los acerca más al centro del país y les da otra perspectiva, pero necesitan ser más agresivos como el día que retaron al (entonces) gobernador Malova para mudar a Jalisco a los Algodoneros de Guasave, su máximo acierto en los últimos cinco años.
A su vez, la LMB se ve mal cuando presume un pequeño incremento de sus asistencias en relación a 2017, mientras cinco ciudades siguen promediando entradas por debajo de 3 mil aficionados: Oaxaca, Puebla, León, Campeche y Aguascalientes.
Es innegable que la LMB aumentó su nivel de juego desde hace tres años y han mejorado las condiciones de varios parques de pelota, pero la liga sigue sin prender entre las audiencias y carga el pesado lastre de al menos cuatro clubes que le restan mucho al desarrollo del añejo circuito.
Lamentablemente, casos recientes como el descaro de la multipropiedad de equipos, representan un duro golpe a la imagen de la liga.
ROLETAZOS:
*DICHO AGOTAMIENTO del sistema de ambas ligas, ha provocado que algunos dueños de equipos visionarios estén pensando en algo más grande: Una Liga Nacional. En la LMP ya varios se percataron que su mercado está reducido y buscan cómo atraer a ciudades grandes, mientras que la LMB intenta renovarse o morir por la vía tradicional de los 16 clubes, además de enfrentar una amenaza latente de MLB para abrir libremente la venta de prospectos hacia EU.
*EN LA LMB también se abre el tema que propuso alguna vez el ex Presidente Del Club Pericos de Puebla, Rafael Moreno Valle: Jugar sólo los fines de semana, un sistema que se utiliza en la Italiana Baseball League con relativo éxito. En dicho circuito juegan de viernes a domingo (42 encuentros en la temporada) y el sueldo promedio de un pelotero oscila entre los 2 y 3 mil euros mensuales. En dicha liga juegan muchos latinos con pasaporte italiano y lo hacen como nativos, entre ellos venezolanos y cubanos que participaron recientemente en la LMB, tal es el caso del zurdo Víctor Gárate. Bologna y Rimini son los clubes de mayor prestigio y algunos de los equipos llevan el nombre de batalla de su patrocinador corporativo, como ocurre en Japón.
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Artículo publicado el 22 de abril de 2018 en la edición 795 del semanario Ríodoce.
