Por primera vez, ante el cuerpo de Ernesto Alonso Valdez Solano, quien murió asesinado el lunes pasado luego haber permanecido secuestrado, los hermanos Valdez Solano expusieron públicamente su sentir.
“No guardamos ningún rencor. Ya perdonamos. Lo único que queremos es que Ernesto esté en la casa del Padre”, expresó Fernando Valdez, al terminar la misa de cuerpo presente.
Trasladado de la funeraria a media mañana a bordo de una carroza blanca fue recibida por el padre Alejandro López Hernández, quien reprobó el hecho.
“Un hermano nos fue arrebatado por la ambición desmedida y por la violencia incontrolable. Hermanos, no dejemos que nos roben la paz, no dejemos que nos roben la alegría de tener a Jesús con nosotros, hoy él está aquí, en medio de nosotros y nos abraza con el consuelo de la paz, y nos invita a vivir su proyecto del amor, del perdón, el proyecto de construir una sociedad nueva”, aseveró durante la ceremonia.
Fernando Valdez dijo, “Aquí no se acaba Ernesto. Eres un transformador de personas; nunca se quedó en palabras, siempre emprendió hechos; esto no es sólo una despedida, es un reconocimiento. Acabas de abrir una sucursal en el cielo”, se sumó una de las amigas cercanas del hermano más pequeño”.
El descanso eterno de Ernesto es en el marco del recinto de Nuestra Señora del Rosario, donde sus cenizas fueron depositadas.
Acompañaron a la familia empresarios, trabajadores de la mueblería de la familia Valdez, el alcalde de Escuinapa, Bonifacio Bustamante, Hilda Inukai, titular de Desarrollo Económico de Mazatlán, de Canacintra, Francisco Javier Villa Peraza, y de la CMIC, Quel Galván Pelayo; así como Rigoberto Félix, gerente general de la Jumapam.
A su paso, el cortejo fue dejando entre los rosarenses que salían de sus casas y otros a media calle que se sumaban, un halo de tristeza por la partida de alguien tan apreciado.
