El ex fiscal general de EU, Bill Barr, dejó entrever que el gobierno de Estados Unidos habría participado en el intento para detener a Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, el 17 de octubre de 2019 en esta ciudad de Culiacán.
En una entrevista con Fox News, Barr dijo “Cuando intentamos arrestar al hijo del Chapo, aparecieron con 700 tropas paramilitares con metralletas calibre 50 montadas en la caja de camionetas. Y el Ejército se retiró”.
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La detención de Ovidio Guzmán ocurrió en un domicilio del Desarrollo Urbano Tres Ríos, de esta ciudad, y la versión oficial es que elementos de la Sedena fueron los responsables del operativo fallido, ya que el hijo del Joaquín Guzmán Loera fue liberado por órdenes del Presidente Andrés Manuel López Obrador, luego que grupos de los Chapitos realizaron bloqueos, quema de vehículos y secuestraron a personal del ejército, para exigir su liberación.
Ríodoce documentó que 36 días antes del llamado “Culiacanazo”, agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) y funcionarios federales y estatales visitaron Culiacán para constatar la capacidad para elaborar drogas del Cártel de Sinaloa.
Posteriormente el periodista Óscar Balderas publicó en un reportaje publicado por MVS, que la orden para detener a Ovidio habría salido de la Casa Blanca, a partir de la visita de la DEA a Culiacán.
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“Una fuente cercana al caso confirmó a este reportero que el informe final fue una bomba. Despertó focos rojos en la Casa Blanca, desde donde salió un mensaje hacia las oficinas más altas de la Fiscalía General de la República: el gobierno mexicano debía detener, de inmediato, el envío de heroína, metanfetaminas, fentanilo y cocaína hacia Estados Unidos, si no querían toparse con un disgusto del presidente Donald Trump. Aquel mensaje vino con una sugerencia: en el Departamento de Justicia de Estados Unidos figuraba un nombre que ya tenía un cargo por el delito de conspirar para enviar justo esas drogas al otro lado del Río Bravo: ese nombre era Ovidio Guzmán López, quien estaría ligado al narcolaboratorio decomisado”, señala el texto de Balderas.
“La presión que ejerció el gobierno de Estados Unidos se sintió tan fuerte en México que terminó en un operativo a prisas y sin planeación contra Ovidio Guzmán López, a quien fuerzas federales capturaron y luego liberaron por temor a una masacre contra inocentes por parte del Cártel de Sinaloa”.
