El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama y otros 500 estadounidenses, fueron agregados en la “lista negra” del Gobierno ruso como medida en respuesta a la decisión de la Administración estadounidense de sancionar a cientos de empresas e individuos relacionados con el Kremlin.
Rusia ha incluido ya a un total de mil 244 ciudadanos estadounidenses en su ‘lista negra’ en contraposición a las sucesivas sanciones impuestas por Washington desatadas tras la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero de 2022.
La diplomacia rusa ha emitido un comunicado en el que recoge la prohibición de entrada al país para funcionarios encargados de “combatir la desinformación rusa”, senadores, congresistas y “empleados de centros analísticos involucrados en la difusión de actitudes y falsificaciones rusofóbicas”.
“Ya es hora de que Washington aprenda que ni un solo ataque hostil contra Rusia quedará sin una fuerte reacción. El principio de inevitabilidad del castigo se aplicará de forma coherente, ya se trate de sanciones más duras o de medidas discriminatorias contra las actividades profesionales de nuestros ciudadanos”, dice el comunicado del Ministerio de Exteriores ruso.