Once integrantes de Los Zetas, fueron sentenciados a 50 años de cárcel por el homicidio calificado de 122 personas, secuestradas y asesinadas cuando circulaban en autobuses por San Fernando, Tamaulipas, dio a conocer la Fiscalía General de la República (FGR).
La sentencia condenatoria fue emitida por el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en dicha entidad, con residencia en Matamoros, en contra de Salvador Alfonso Martínez Escobedo, alias Ardilla, exjefe de plaza de Los Zetas en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas; así como contra Martín Omar Estrada Luna, alias el Kilo, quien fuera jefe de plaza de Los Zetas en San Fernando, considerado como uno de los autores materiales e intelectuales de las masacres de San Fernando; Luis Manuel Salazar Sánchez, el Gordo Flow; Sergio Córdova Martínez, El Diablo; Samuel Moreno Saavedra, el Chiquilín; Erick Rubén Zetina Hernández, el Guacho; José Mauro Oñate Rodríguez, el Vegueta; Jhonny Torres Andrade, El Sombra; Juan Pablo Cabrera Escalante, El Cacharpas; Víctor Cuitláhuac Montoya Torres, El Comandante Degollado; y Elfego Cruz Martínez.
Según los registros de la FGR, el Ministerio Público Federal inició en abril de 2012, una indagatoria “en contra de integrantes de un grupo delictivo por ser presuntos responsables del delito de homicidio calificado en agravio de 122 personas, ya que la autoridad identificó que fueron responsables de bajar de transportes de pasajeros en el municipio de San Fernando”.
Según las indagatorias en abril y mayo del 2011, a pesar de que el entonces presidente Felipe Calderón había ordenado aumentar la vigilancia en la zona tras una primera masacre de 72 migrantes en agosto del 2010, luego de ser bajados de un trailer.
Las 122 víctimas fueron privadas de su libertad y estuvieron en calidad de desaparecidas, hasta que a finales del 2011 y 2012 fueron encontradas en diversas fosas clandestinas.
En febrero de 2015, elementos de la Policía Federal Ministerial (PFM) de la propia FGR ejecutaron seis nuevas órdenes de aprehensión en contra de presuntos zetas detenidos por otros delitos en el penal federal Noroeste de Matamoros, Tamaulipas, mismos que estaban detenidos por otros delitos.
En 2017 se ejecutaron nuevas órdenes de aprehensión contra más implicados, por lo que el proceso penal fue avanzando y finalmente el Ministerio Público Federal (MPF) obtuvo sentencia condenatoria de 50 años de prisión en contra de las 11 personas señaladas como responsables de la segunda masacre de San Fernando.
