Chiapas tierra de nadie, tierra de todos

Chiapas tierra de nadie, tierra de todos

“Chiapas tierra de nadie, tierra de todos”, reza un cartel a la entrada de un Caracol Zapatista, una frase que cobra vida hoy más que nunca, que nos interpela y nos obliga a voltear a ver lo que pasa en Chiapas desde inicio de este año y que ha provocado el desplazamiento forzado de 400 personas hacía Guatemala.

Las voces que nos llegan del sur desde hace varios meses son de alarma y desesperación, bajo la mirada inmutable de un gobernador Rutilio Escandón que ya se va sin pena ni gloria, dejando un estado sumido en la inseguridad y la zozobra.

Por otro lado, el gobierno de AMLO, que en poco menos de 60 días deja su administración con sabor a desdén, pasa algo similar. Su política para el conflicto  chiapaneco —que no les gusta se le llame “conflicto”— hasta ahora ha sido la minimización, descalificación, y negación de la crisis que se vive ahí; donde desde hace meses voces diversas voces se han alzado para reclamar seguridad al gobierno y que se les voltee a ver pero nadie les ha escuchado.

Hemos sido testigos mudos de los llamados de la Iglesia, la sociedad civil, comunidades y sus organizaciones defensoras de derechos humanos de sus llamados a la paz, que parecen no tener mucho eco más allá de los medios chiapanecos, donde no puedo dejar de mencionar que, en aquel estado, han sido asesinados tres periodistas y uno está desaparecido, todos ocurridos en los últimos años.

Todos hemos visto en medios la historia ahora de las 400 personas que han tenido que desplazarse porque en su país ya no tienen seguridad, pero también porque nadie les ha escuchado aún en el exilio, que hasta hace unos días ni siquiera tenían una respuesta de los consulados de aquel país. El gobierno federal reacciona tarde ante un conflicto humanitario anunciado, está más ocupado en inaugurar un puente en Chiapas que en atender el problema que me temo se le está saliendo de las manos.

Chiapas, este bello estado de montañas verde azulado, la que nos despertó un 1 de enero de 1994 con su rostro zapatista, vive hoy una crisis de inseguridad y humanitaria.

La inseguridad en aquel estado llego hace varios años y ha provocado no solo el desplazamiento ahora a Guatemala de 400 hermanos nuestros, que solo expresa de manera despiadada lo que ya se veía venir, sino un desplazamiento interno de más de 10 mil personas desde 2021 por la inseguridad en poco más de 10 municipios de sus 124 que lo integran.

Un desplazamiento producido no solo por la presencia del crimen organizado coludido muchos de ellos con el poder político sobre todo municipal, sino por la dejadez de un gobierno gris como el de Rutilio “el inútil”, así lo conocen en Chiapas.

¿Qué ha hecho el pueblo chiapaneco para merecer tanto agravio?, donde “ya no hay quien esté fuera del narco”, decía hace unos días una reconocida defensora de derechos humanos. Hoy el poder real en varios municipios de Chiapas, como Comitán, Amatenango, Frontera, Tapachula, Yajalón, Palenque, incluso San Cristóbal de las Casas, entre otro muchos, el poder lo tiene el narco, no los alcaldes municipales.

Chiapas como ayer pasó en Michoacán y por ello no dejo de sorprenderme, el control económico, de seguridad y del territorio lo tiene el narcotráfico, ahí las elecciones se deciden desde antes de la votación, los recursos de los programas incluso sociales los controlan ellos. Algo que seguramente el gobierno tanto local como federal lo saben desde hace rato. ¿Y por qué no han hecho nada? ¿Y por qué aun así no reaccionan?, seguro porque hay siempre un protector

Hoy hay hasta diputados locales vinculados con el narcotráfico y no pasa nada. Como Juan Manuel Utrilla, dos veces alcalde de Yajalón por la alianza PVEM-MORENA, y que hoy tiene una curul asegurada a pesar de ser señalados por sus vínculos con el narcotráfico, según lo denunciado por el Comisariado Ejidal del Municipio Ángel Albino Corzo. Y así como ellos tres diputados más. ¿Y esto el gobierno no lo sabe o no quiere verlo? Así se construye la corrupción y la impunidad, aunque nos quieran hacer ver lo contrario.

Sí, Chiapas es hoy tierra de nadie, tierra de todos. Y enfrenta un momento sumamente delicado, porque hay un gobierno que ya se va y otro que aún no llega, es el momento más peligroso para aquel estado, sus comunidades y sus habitantes.

Lo que ahí pasa nos debe importar y mucho. La irrupción del desplazamiento externo de 400 personas a Guatemala como ha reconocido la Secretaria de Relaciones Exteriores Alicia Bárcena, es una de las muchas llamadas que Chiapas ha hecho a México, volteen a vernos y no nos dejen solos.

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