Nueve personas, entre ellos ocho menores de edad y un adulto muerieron, mientras tanto 78 personas fueron hospitalizadas, luego de comer carne de tortuga marina en la isla de Pemba, archipiélago de Zanzíbar, en Tanzania, según informaron las autoridades correspondientes este fin de semana.

Este tipo de alimento se considera un manjar en esta isla africana, esto, pese a que periódicamente provoca muertes por quelonitoxicismo, un tipo de intoxicación alimentaria, publicó el diario Reporte Índigo.

Una de las personas que murió el pasado viernes era la madre de uno de los menores que también perdió la vida, según informó el médico del distrito de Mkoani, Dr. Haji Bakari. El especialista también detalló que la carne de tortuga se consumió el pasado martes 5 de marzo.

El doctor también dijo a The Associated Press que las pruebas de laboratorio confirmaron que todas las personas que murieron intoxicadas comieron carne de tortuga durante la semana.

En este contexto, autoridades de Zanzíbar enviaron un equipo de gestión de desastres bajo la dirección de Hamza Hassan Juma, quien invitó a las personas a evitar el consumo de carne de tortugas marinas.

Según diversos medios, en noviembre de 2021, siete personas, entre ellas un niño de 3 años, murieron en Pemba tras comer carne de tortuga, mientras que otras tres fueron hospitalizadas.

La enfermedad que mató a niños fue el quelonitoxismo, una intoxicación alimentaria con alta tasa de mortalidad que se produce por el consumo de carne de tortugas marinas. Esto se debe a la acumulación de biotoxinas en la carne de tortugas y se sabe que cocinar la carne no previene la enfermedad.

Esta infección resulta particularmente peligrosa debido a que las tortugas no muestran ninguna señal que denote la enfermedad.

De acuerdo con la comunidad científica y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, el quelonitoxismo es una enfermedad que conlleva distintos síntomas, como son:

• Gastrointestinales
• Toxicidad neurológica
• Hepática
• Renal

En caso de no atenderse alguno de estos síntomas podría desencadenar en la muerte, como sucedió con los ocho niños y una mujer.