En el llamado “Juicio del Siglo”, Dámaso López Núñez declaró que la esposa del exlíder del Cártel de Sinaloa participó en su fuga y sirvió de mensajera en sus negocios de tráfico de drogas.
Emma Coronel Aispuro, esposa de Joaquín el Chapo Guzmán salió en libertad este miércoles en Estados Unidos, después de purgar una pena de dos años y siete meses de prisión por conspiración y haber sido mensajera de su esposo para que este operara desde la prisión su fuga y sus negocios de tráfico de drogas.
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Coronel Aispuro fue detenida el 22 de febrero de 2021 en EU, dos años después de que Dámaso López Núñez, el Licenciado confesara en el llamado “Juicio del Siglo”, que ella había ayudado a coordinar la fuga de su esposo del penal del Altiplano en 2015, y participado en un segundo intento de escape, aún cuando en México se desconoce si hay alguna denuncia abierta en su contra por dichos delitos.
El Licenciado dijo en la corte federal de Nueva York, el 23 de enero de 2019, que Emma Coronel fue la mensajera del Chapo, cuando este se encontraba en prisión. Ella le llevaba los mensajes a él y a Los Chapitos sobre los planes de fuga y negocios de su esposo.
“Mi comadre me comentó que me mandaba decir mi compadre que estaba planeando arriesgarse—fugarse del penal. Y quería saber si podía colaborar”, dijo López Núñez en esa ocasión.
Según el testimonio, el Licenciado se entrevistó en marzo de 2014 con los hijos de Guzmán Loera; Ovidio, Alfredo, Iván y Joaquín, para coordinar su fuga del penal del Altiplano el 11 de julio de 2015. Esa sería la primera de varias reuniones, en las que Emma Coronel llevaba los mensajes del Chapo para coordinar los planes, que finalmente dieron resultado.
Casi seis meses después de esa fuga, Guzmán Loera fue detenido nuevamente en enero de 2016, en Los Mochis, Sinaloa. Y posteriormente Coronel Aispuro citó a López Núñez a otra reunión para informarle que su esposo se planeaba fugar otra vez y si podía colaborar. El testigo dijo que accedió, pero no tenía dinero.
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El Licenciado explicó que Emma Coronel le había ofrecido 2 millones de dólares para sobornar a funcionarios públicos capaces de trasladar al Chapo de Ciudad Juárez, donde estaba detenido después de su tercera captura, al penal del Altiplano donde organizarían una tercera fuga.
Según el testimonio, Coronel Aispuro les pidió que consiguieran armas, cuatrimotos, un reloj con GPS para dárselo al Chapo y ubicar la localización de su celda en la prisión; y le dio 100 mil dólares al Licenciado para conseguir un terreno contiguo al penal, por donde se escaparía Guzmán Loera.
Un mes después, la esposa de Guzmán Loera le hizo llegar 100 mil dólares para la compra de un terreno cerca del Atliplano. A los dos meses, el acusado fue transferido al penal de Ciudad Juárez. En una tercera reunión coordinada por Coronel Aispuro, ella explicó que le habían pagado 2 millones de dólares al Director de Penales federales para que regresaran a Guzmán Loera al Altiplano. El plan falló.
Ese día, en la corte federal de Nueva York, se proyectaron además tres cartas escritas por el Chapo dirigidas a López Núñez, en donde detalla transacciones de droga, y al menos en dos de ellas menciona como su mensajera a Emma Coronel.
“La mamá de las cuatas (Emma Coronel) le va a comentar a usted y a mis hijos algo, hay le encargo que estén muy pendientes compadre, ella les explicará”, señala el Chapo al Licenciado en una de las misivas escritas a mano.
Apenas el pasado 5 de junio, Emma Coronel había sido transferida de una cárcel de mediana seguridad, en Forth Worth Texas, a un centro de detención, en San Pedro, California, de donde salió libre este miércoles, de acuerdo a la cadena Telemundo.
Una vez en libertad, Coronel Aispuro, de 34 años, deberá permanecer cuatro años en libertad condicional, durante los cuales deberá reportarse ante las autoridades y el oficial que le sea asignado; buscar un empleo que la mantenga ocupada al menos 30 horas a la semana; y si quiere cambiar de trabajo, deberá notificarlo a su oficial. Además tendrá prohibido comunicarse con personas involucradas en actividades criminales.
Como parte de su proceso de “reinserción social” estipulado en el programa de casas intermedias o de transición, a partir de hoy tendrá derecho a salir a trabajar, tomar clases, acudir a rehabilitación o terapia e incluso retomar sus redes sociales.
